La cooperación
En este esfuerzo a favor de las ciudades, necesitamos grande-
mente la cooperación de toda clase de obreros. Especialmente nece-
sitamos la ayuda que los médicos pueden prestar como evangelistas.
Si los ministros y los médicos planean unirse para alcanzar a los
de corazón honesto en nuestras ciudades, los médicos, tanto como
los ministros, se colocarán en un terreno ventajoso. Al trabajar con
humildad, Dios abrirá el camino delante de ellos, y muchos recibirán
el conocimiento salvador de la verdad.—
Manuscrito 9, 1910
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