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El Ministerio Médico
nable con las ofrendas de nuestro pueblo. No erijáis edificios en las
ciudades ruidosas.
La adquisición de edificios
En toda ciudad donde se proclama la verdad, deben fundarse
iglesias. En algunas ciudades grandes debe haber iglesias en va-
rias partes de la ciudad. En ciertos lugares se ofrecerán salones de
reunión a un precio razonable, los cuales pueden comprarse ven-
tajosamente. En otros sitios importantes se ofrecerán a la venta
propiedades especialmente aptas para la obra de los sanatorios. Las
ventajas de éstas se deben considerar cuidadosamente.
A fin de adquirir algunos de estos lugares para nuestra obra,
será necesario economizar los recursos, sin hacer desembolsos ex-
travagantes en uno solo. La misma sencillez de los edificios que
utilicemos será una lección que armonice con las verdades que
tenemos que presentar. Para la obra de nuestros sanatorios debe-
mos conseguir edificios cuya apariencia y presentación sean una
demostración de los principios de la salud.
Ubicación de los obreros
Será una gran ventaja tener nuestros edificios en localidades
retiradas de las ciudades tanto como sea posible. La salubridad de
los contornos debe considerarse en todo lo que vale. Deben elegirse
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puntos un tanto alejados de las ciudades ruidosas. Los que trabajan
en las grandes ciudades necesitan ventajas especiales, para que no
se les pida que sacrifiquen la vida o la salud en forma innecesaria.
Escribo estas cosas porque se me ha mostrado la importancia
de que nuestros obreros eviten en lo posible cualquier cosa que
ponga en peligro su salud. Necesitamos ejercer el mejor juicio en
estos asuntos. A los hombres y mujeres débiles o ya de edad, no se
los debe enviar a trabajar en ciudades insalubres y atestadas. Que
trabajen donde no sacrifiquen innecesariamente la vida. A nuestros
hermanos que llevan la verdad a las ciudades no se les debe obligar
a poner en peligro su salud en el ruido, el bullicio y la confusión, si
se pueden obtener lugares retirados [para que vivan].