Buscad hogares rurales
A los padres que viven en las ciudades el Señor les envía una
clamorosa advertencia: Reunid a vuestros hijos en vuestras propias
casas, separadlos de los que menosprecian los mandamientos de
Dios, que enseñan y practican el mal. Salid de las ciudades tan
pronto como sea posible.
Los padres pueden adquirir casas pequeñas en el campo con
tierra para el cultivo, donde puedan tener huertos y sembrar verduras
y cultivar árboles frutales para que estos productos naturales tomen
el lugar de la alimentación a base de carne, que es tan corruptora de
la sangre. En tales lugares los jóvenes no estarán rodeados de las
influencias seductoras de la vida cotidiana. Dios ayudará a su pueblo
a hallar tales lugares fuera de las ciudades.—
Manuscrito 133, 1902
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