Dificultades vencidas
En visiones de la noche se me mostraron las dificultades que hay
que enfrentar en la obra de amonestar a las gentes de las ciudades;
pero a pesar de las dificultades y desalientos, deben hacerse esfuerzos
para predicar la verdad a todas las clases...
El Señor desea que su pueblo despierte y haga la labor que se le
ha asignado. La responsabilidad de amonestar al mundo reposa no
sólo sobre los ministros. Los miembros laicos de la iglesia deben
compartir la obra de salvar almas. Mediante visitas misioneras y
una distribución acertada de nuestras publicaciones, se alcanzará a
muchos que nunca han sido amonestados. Que se organicen grupos
para buscar las almas. Que los miembros de la iglesia visiten a
sus vecinos y abran ante ellos las Escrituras. Algunos pueden ser
colocados a trabajar en los vallados; de esta forma, con una sabia
planificación, se puede predicar la verdad en todos los distritos.
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Con perseverancia en esta labor, aumentará la aptitud para ella,
y muchos verán el fruto de sus trabajos en la salvación de las almas.
Estos convertidos a su vez, enseñarán a otros. Así la semilla se
sembrará en muchos lugares y la verdad se proclamará a todos.—
The Review and Herald, 25 de enero de 1912
.
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Para estudio adicional
La obra médica misionera en las ciudades:
Consejos sobre la
salud, 550-554
;
Testimonios para la Iglesia 7:109-113
.
La obra en las ciudades:
Testimonios para la Iglesia 7:36-38
.
La obra en el gran Nueva York:
Testimonios para la Iglesia
7:39-41
;
Testimonios para la Iglesia 9:111-122
.
Una obra especial en los centros de viaje:
Consejos sobre la
salud, 500, 501
.
Los sanatorios como puestos de avanzada de las ciudades:
Con-
sejos sobre la salud, 555-558
.
558