Actuad con sabiduría
Que quienes piensan fundar un sanatorio estén sujetos al molde
y a la formación que les dé el Espíritu de Dios. Tales hombres no
representarán equivocadamente a Cristo en su formación del carácter.
Que todos los que estén en posiciones de confianza utilicen el aceite
santo de la gracia en el espíritu, en palabra y en acción. Que hagan
una obra cabal en purificar el templo del alma, para que tengan
una comprensión de la obra que planean emprender y para que
sean habilitados para sembrar las semillas de la verdad en muchos
corazones. Entre manos, por un lado deben llevar el evangelio para
el alivio de las almas cargadas de pecado; y por otro, los remedios
para la cura del sufrimiento físico. De esta forma serán verdaderos
médicos misioneros de Dios.—
Manuscrito 41, 1902
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