Instalaciones en campos extranjeros
Cuando los que están a cargo de la obra médica misionera com-
prendan que se deben establecer centros en muchos lugares, la obra
de Dios se hará aun en los campos más difíciles. Cuando los hom-
bres vean que es necesario establecer la obra médica misionera en
América del Norte, ¿no pueden ver que se necesita la misma obra
en otros campos, donde no hay nada que represente a la obra?
Enviar misioneros al extranjero para hacer obra misionera sin
medios y recursos, es como requerir que se hagan ladrillos sin paja.
Que los siervos de Dios actúen con prudencia, y recuerden que
la obra en toda parte del mundo debe ayudar a la obra en toda otra
parte del mundo. “No seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea
la voluntad del Señor”...
A los obreros de nuevos lugares donde no haya ni un creyente en
la verdad presente se les debe dotar con recursos para ayudar a los
necesitados. Ellos encuentran a muchos enfermos en necesidad de
ayuda. Al aliviar sus necesidades temporales, se les abre la puerta
para hablar del Salvador y de su preciosa verdad. Estos obreros deben
recibir medios para preparar el camino del Señor y enderezar calzada
en el desierto para nuestro Dios. Que nuestras casas publicadoras
ayuden donando libros y publicaciones y que nuestros sanatorios
provean equipo para el cuidado de los enfermos...
A los que van a nuevos campos para utilizar el arado que rompe
terreno nuevo para la siembra de las semillas de la verdad se les
debe animar, orar con ellos y sustentar. Es el deseo del Señor que
todo obrero enviado a nuevos campos sea dotado con recursos y
medios para que realice su labor en forma exitosa. Esos obreros
deben recibir ayuda y aliento de parte de los que están en el campo
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central, para que tengan fuerzas para vencer las dificultades que
puedan encontrar en su obra.—
Carta 92, 1902
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