Página 83 - El Ministerio M

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Para despertar fe en el gran sanador
Como seguidores de Cristo, debemos trabajar con todos los mé-
todos racionales para predicar el evangelio de la verdad presente.
Tenemos que dar evidencia, no solamente por medio de palabras
sino por acciones, de que Cristo está deseoso hoy de unirse con
sus ministros devotos para sanar al enfermo y doliente. El Señor
restaurará en la mente de sus obreros una ardiente fe en su poder.
Cuando crezcamos en la fe del evangelio de Cristo y la estimulemos
como se presenta en la Palabra de Dios, habrá en nuestros sanato-
rios, no solamente un conocimiento práctico de cómo tratar a los
enfermos de acuerdo con los principios correctos, también habrá
una manifestación de la fe viviente en Dios que guiará a los obreros
a apoyarse en el Gran Médico para obtener ayuda divina. Y el Señor
vendrá para ayudar a los tales en respuesta a su fe en el poder divino.
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Debido a que tenemos sanatorios para la curación de los enfer-
mos, no debemos cesar de pedir la ayuda del Gran Sanador. Cuando
se nos llama insistentemente a establecer sanatorios, no es únicamen-
te para que dependamos de los remedios sencillos que se utilizan en
ellos, sino para que dirijamos a los afligidos al Gran Sanador de la
enfermedad. Debemos rogar que su poder obre en armonía con nues-
tros servicios médicos. La obra de nuestro sanatorio sería mucho
más exitosa si los médicos leyeran la Palabra más fervientemente y
colocaran sus preceptos en práctica, si predicaran el reino de Dios
y oraran por la gracia sanadora de Cristo, para que ésta venga a los
afligidos.
Presentemos el evangelio al enfermo, ligando a Jesús, el Gran
Sanador, con los remedios sencillos que se usan; y nuestra fe viviente
obtendrá respuesta. Pero los que se allegan al Gran Sanador deben
estar dispuestos a hacer la voluntad de él, a humillar su alma y a
confesar sus pecados. Al asirnos del poder divino con una fe que no
sea negada, veremos la salvación de Dios.
Cristo declaró que vino a rescatar la vida de los hombres. Los
seguidores de Cristo han de hacer esta obra, y deben hacerla con
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