El primer trabajo del médico
El Redentor espera que nuestros médicos hagan de la salvación
de las almas su trabajo más importante. Si camina y trabaja con Dios,
en su amor y temor, recibirán hojas del árbol de la vida para darlas a
los sufrientes. Su paz los acompañará y convertirá en mensajeros de
paz.
No basta que solamente leamos las Escrituras. Debemos pedir
al Señor que llene con su Espíritu nuestro descarriado corazón,
para poder comprender el significado de sus palabras. Para recibir
beneficio de las palabras de Cristo, debemos aplicarlas en forma
adecuada a nuestros casos individuales.
Se nos ha encomendado un mensaje que sobrepasa la importan-
cia de cualquier otro mensaje que se haya dado a los mortales. Cristo
fue personalmente a la isla de Patmos para presentar este mensaje
a Juan. Le pidió que escribiera lo que se le mostraría y se le diría
durante su visión, para que las iglesias supieran lo que ocurriría en
este mundo. ¿Comprenden nuestros obreros médicos la importancia
del mensaje de Apocalipsis?...
Las palabras “pero tengo contra ti, que has dejado tu primer
amor”, se aplican a muchas personas que viven en este tiempo. Dios
pide que haya arrepentimiento y reforma inmediatos. Debe ocurrir
ahora un gran cambio en el pueblo que espera la segunda venida
de su Señor. Pronto ocurrirán sucesos insólitos. Dios nos tendrá
por responsables de la forma como manejamos la verdad. Nuestra
pureza de fe y acción decidirá nuestro futuro.
Dios se preocupa de veras por nosotros. A cada persona ha enco-
mendado su obra. Cada uno debe hacer la parte que le corresponde.
Hay que presentar un testimonio inequívoco y definido, porque hay
que preparar a un pueblo que deberá enfrentarse con un tiempo
de angustia como nunca hubo desde que el mundo fue poblado.—
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Manuscrito 36, 1902
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