Hay que preparar a los enfermos para la muerte
Muchas veces se ha hecho esta pregunta: ¿Debiera el médico
suponer que es su deber exponer la verdad a sus pacientes? Eso
depende de las circunstancias. En numerosos casos lo único que
debiera hacerse es mostrar a Cristo como un Salvador personal. Hay
personas que sólo resultarán heridas si se les presenta cualquier
doctrina que no esté en consonancia con sus creencias. Dios debe
guiar en esta obra. Él puede preparar la mente para que reciba la
palabra de verdad. Es deber del médico tanto la preparación del
alma de las personas que trata para lo que les ocurrirá, como atender
sus necesidades físicas. Debe hacerles comprender su peligro. Debe
ser un fiel mayordomo de Dios. No permita que nadie se enfrente
a la eternidad sin recibir palabras de advertencia. Usted no puede
descuidar este deber y ser un mayordomo fiel. Dios requiere que
usted sea fiel a él en cualquier parte donde esté. Hay una gran obra
que debe realizarse. Dedíquese a ella y llévela a cabo cabalmente.
Dios ayudará a todos los que actúen de este modo.—
Manuscrito 62,
1900
.
96