Página 121 - El Ministerio Pastoral (1995)

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Las relaciones dentro de la iglesia
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habrá divisiones entre nosotros. Algunos están inclinados a ser
desordenados, y están apartándose de los grandes hitos de la fe;
pero Dios está induciendo a sus ministros a ser uno en doctrina y en
espíritu.—
Testimonios para los Ministros, 30
.
El pastor y el presidente
Debe haber armonía entre los pastores y sus presidentes
Durante los últimos cuarenta años el Señor me ha estado revelando
la necesidad de armonía de acción de parte de los ministros y los
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presidentes de las asociaciones. El presidente de una asociación
debe ser cuidadoso en dar respeto a todos los que laboran junto
con Dios. La mente y el juicio de un hombre no debe controlar.
Los ministros que están conectados con él en la obra han de ser
respetados y amados; la crítica no debe tener lugar en el trabajo.
Que la envidia y conjeturas malignas sean expulsadas del alma.
Nada puede contristar más al Espíritu de Dios que la disensión y
el menosprecio de la hermandad. A fin de tener prosperidad en la
obra, debe haber confianza en nuestros hermanos, y unión con los
que están trabajando tan presta y desinteresadamente como nosotros.
Hay quienes no poseen un carácter armonioso en todos los aspectos,
sin embargo Dios los ha aceptado como sus obreros juntamente
con Cristo. Entonces, cuán fuera de lugar es que uno se separe del
otro porque sus ideas y juicios no están de acuerdo en todas las
cosas.—
The General Conference Bulletin, 11 de febrero de 1895
.
Los presidentes de las asociaciones deben instar a sus minis-
tros a trabajar como es debido
—¿No se podrá hacer algo para
instar a los presidentes de las asociaciones a que sean conscientes
de sus obligaciones? Oh, si pudieran entender que su puesto de
confianza sólo aumenta e intensifica su responsabilidad. Si cada pre-
sidente sintiera la necesidad de una mejora diligente de sus talentos
al planear formas y medios para instar a los ministros a que trabajen
como debieran, qué cambio se operaría en cada asociación. ¿Se dan
cuenta estos hombres que el escrutinio solemne del trabajo de cada
hombre comenzará pronto en el cielo? Cuando el Maestro se fue,
dio a cada hombre de todas las épocas y de cada generación, su
trabajo; y él nos dice a todos nosotros, “Negociad entre tanto que
vengo”. ¿Han pensado los ministros cuán abarcantes son estas pala-