Página 172 - El Ministerio Pastoral (1995)

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El Ministerio Pastoral
ayuda que los miembros de iglesia en lo individual podrían dar? De-
jen que los miembros se despierten. Dejen que mantengan alzados
los brazos de los ministros y obreros, llevando adelante los intereses
de la causa. No deben medirse los talentos haciendo comparaciones.
Si un hombre ejerce fe, y camina humildemente con su Dios, podrá
tener poca educación, podrá ser considerado un hombre débil, sin
embargo, puede cumplir con su cargo tan bien como el hombre que
tiene la más refinada educación. El que se entrega sin reservas a
la influencia del Espíritu Santo está mejor habilitado para realizar
un servicio aceptable para el Maestro. Dios inspirará al hombre
que no ocupa puestos de responsabilidad para trabajar por él. Si
los ministros y hombres en puestos de autoridad dejan el camino
libre, y permiten que el Espíritu Santo se mueva en las mentes de
los hermanos laicos, Dios los dirigirá en cuanto a qué hacer para la
honra de su nombre. Permítanles tener libertad para llevar adelante
lo que el Espíritu Santo les indique. No se le ponga obstáculos a
hombres humildes a quienes Dios podría usar. Si aquellos que ahora
ocupan puestos de responsabilidad hubieran sido marginados a una
clase de trabajo año tras año, no hubieran desarrollado sus talentos, y
no hubieran sido preparados para los puestos que ahora tienen; y sin
embargo no hacen ningún esfuerzo especial para probar y desarro-
llar los talentos de quienes han entrado recientemente a la fe.—
The
Review and Herald, 9 de julio de 1895
.
Confíe en que el Espíritu Santo usará a cada miembro valio-
so de la iglesia
—Ni los dirigentes de la asociación ni los ministros
han sido llamados por Dios para mostrar desconfianza en el poder
de Dios para usar a cada individuo que es considerado un miembro
valioso de la iglesia. Esta así llamada cautela, está retrasando casi
cada rama de la obra de Dios. Dios puede usar y usará a aquellos
que no han tenido una educación cabal en la escuela de los hombres.
Dudar de su poder para realizar esto es manifestar incredulidad; es
limitar el poder omnipotente de Aquel para quien nada es imposible.
¡Oh, si hubiera menos de esta cautela desconfiada y no santificada!
Deja a tantas fuerzas de la iglesia sin ser usadas; cierra el camino
para que el Espíritu Santo pueda utilizar a los hombres; mantiene
inactivos a aquellos que están deseosos y ansiosos de laborar en las
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filas de Cristo; desanima a muchos de entrar a la obra que llega-
rían a ser obreros eficientes juntamente con Dios si se les diera una