Página 228 - El Ministerio Pastoral (1995)

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Capítulo 34—El casamiento
Angeles asistieron a la primera ceremonia matrimonial
—A
menudo he leído estas palabras: “El matrimonio es una lotería”.
Algunos actúan como si creyeran esta declaración, y su vida ma-
trimonial testifica que es una realidad para ellos. Pero el verdadero
matrimonio no es una lotería. Fue instituido en el Edén. Después de
la creación de Adán, el Señor dijo: “No es bueno que el hombre esté
solo: le haré una ayuda idónea [adecuada] para él”. Cuando el Señor
presentó a Eva ante Adán, los ángeles de Dios fueron testigos de la
ceremonia. Pero hay pocas parejas que están completamente unidas
cuando se realiza la ceremonia matrimonial. Las palabras formales
habladas a los dos que toman el voto matrimonial, no los convierte
en una unidad. En su vida futura se consumará la unión de los dos
en el vínculo matrimonial. Podrá ser una unión feliz, si el uno le da
al otro amor profundo y verdadero.—
Manuscript Releases 10:184
.
Jesús sentía plena simpatía hacia el gozo puro que reinaba
en una ceremonia matrimonial
—Con su presencia Cristo honró
la ceremonia matrimonial. El interés activo que manifestó en esta
ocasión demostró que él no vino para ensombrecer la felicidad de la
familia y sus invitados. Jesús sentía plena simpatía hacia el gozo puro
que reinaba en esta ocasión. Con su presencia demostró estar en ar-
monía con la bendita institución del matrimonio. Y él sancionó toda
reunión que es pura, y hermosa y de buena reputación.—
Manuscript
Releases 10:206
.
Jesús empezó su ministerio en una boda para mostrar su
deseo de contribuir a la felicidad humana
—Jesús no empezó su
ministerio haciendo alguna gran obra delante del Sanedrín de Je-
rusalén. Su poder se manifestó en una reunión familiar, celebrada
en una pequeña aldea de Galilea, para aumentar el placer de una
fiesta de bodas. Así demostró su simpatía por los hombres y su
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deseo de contribuir a su felicidad. En el desierto de la tentación, él
mismo había bebido la copa de la desgracia; y de allí salió para dar
a los hombres la copa de la bendición, de su bendición que había de
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