Página 233 - El Ministerio Pastoral (1995)

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La incorporación de los nuevos miembros
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acercarse más a Dios, y trabajando en diferentes maneras para influir
sobre los elementos que están fuera de la iglesia, lo cual constituye
una manera de actuar beneficiosamente en favor de la iglesia.—
El
Evangelismo, 261, 262
.
Afirmar a los miembros en la doctrina
Dé estudios bíblicos a los nuevos conversos para afirmarlos
y establecerlos plenamente en la verdad
—Guiad las mentes hacia
Aquel que dirige y guía todas las cosas. Cristo será el maná y el
rocío para las almas recién convertidas. En él no hay tiniebla alguna.
A medida que hombres de comprensión espiritual realicen estudios
bíblicos con ellos, diciéndoles cómo entregarse al poder del Espíritu
Santo, para que puedan estar firmes y plenamente establecidos en la
verdad, se irá revelando el poder de Dios.—
El Evangelismo, 210,
211
.
Celebre reuniones especiales con los nuevos miembros
—Los
candidatos adultos deben comprender su deber mejor que los jóve-
nes; pero el pastor de la iglesia tiene un deber que cumplir para con
estas almas. ¿Siguen malas costumbres y prácticas? Es deber del
pastor tener reuniones especiales con ellos. Déles estudios bíblicos,
converse y ore con ellos, y muéstreles claramente lo que el Señor
requiere de ellos. Léales la enseñanza de la Biblia acerca de la con-
versión. Muéstreles cuál es el fruto de la conversión, la evidencia
de que aman a Dios. Muéstreles que la verdadera conversión es un
cambio de corazón, de pensamientos y propósitos. Han de renunciar
a las malas costumbres. Han de desechar los pecados de la male-
dicencia, los celos y la desobediencia. Deben sostener una guerra
contra toda característica mala. Entonces el que cree puede aceptar
comprensivamente la promesa: “Pedid, y se os dará”.—
Joyas de los
Testimonios 2:392, 393
.
Enseñe a los nuevos conversos a estudiar las Escrituras
Debe grabarse en la mente de todos los nuevos conversos la verdad
de que el conocimiento permanente puede adquirirse únicamente
por labor ferviente y estudio perseverante. Por lo común, los que se
convierten a la verdad que predicamos no han sido antes estudiantes
diligentes de las Escrituras; porque en las iglesias populares se
realiza poco verdadero estudio de la Palabra de Dios. La gente
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