Página 281 - El Ministerio Pastoral (1995)

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La vida social en la iglesia
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y para los juegos, y su influencia atrae a otros. Jóvenes de ambos
sexos que han tratado de ser cristianos según enseña la Biblia son
persuadidos a unirse al grupo y entran en el círculo. No consultaron
con oración la norma divina para saber lo que Cristo ha dicho con
respecto al fruto que ha de llevar el árbol cristiano. No disciernen
que estos entretenimientos son realmente un banquete de Satanás,
preparado para impedir que las almas acepten el llamado a la cena de
bodas del Cordero; les impide recibir el manto blanco del carácter,
que es la justicia de Cristo. Quedan confundidos con respecto a lo
que les es lícito hacer como cristianos. No quieren que se piense
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que son raros, y naturalmente se inclinan a seguir el ejemplo de los
demás. Así caen bajo la influencia de quienes nunca tuvieron el
toque divino en el corazón o en la mente.—
Testimonios para los
Ministros, 85
.
Tome una posición balanceada de la recreación
—Hay perso-
nas de imaginación enfermiza para quienes la religión es un tirano,
que las gobierna con vara de hierro. Las tales lamentan constan-
temente su propia depravación, y gimen por males supuestos. No
existe amor en su corazón; su rostro es siempre ceñudo. Las deja
heladas la risa inocente de la juventud o de cualquiera. Conside-
ran como pecado toda recreación o diversión, y creen que la mente
debe estar completamente dominada por pensamientos austeros.
Este es un extremo. Otros piensan que la mente debe dedicarse
constantemente a inventar nuevas diversiones a fin de tener salud.
Aprenden a depender de la excitación, y se sienten intranquilos sin
ella. Los tales no son verdaderos cristianos. Van a otro extremo.
Los verdaderos principios del cristianismo abren ante nosotros una
fuente de felicidad cuya altura, profundidad, longitud y anchura son
inconmensurables.—
El Hogar Cristiano, 447
.
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