Capítulo 44—Las juntas
Los ministros deben evitar reuniones de juntas largas
—Un
ministro no puede mantenerse en el mejor estado mental mientras
es llamado a allanar pequeñas dificultades en diversas iglesias. Esta
no es la obra que se le ha designado. Dios desea utilizar todas las
facultades de sus mensajeros escogidos. Sus mentes no debieran ser
fatigadas por largas juntas realizadas en la noche, porque Dios desea
que utilicen todo su poder mental en la proclamación del Evangelio
tal como es en Cristo Jesús.—
El Evangelismo, 480, 481
.
Aquellos que no asisten a las juntas tienden a criticar des-
pués la forma en que se hacen las cosas
—Ellos dicen: “Oh, sólo
es una junta de negocios”. Pero todo él que tenga la capacidad men-
tal debe estar ansioso y decidido a entender cómo se manejan los
asuntos de negocios. Algunos que han abandonado la fe han he-
cho declaraciones falsas en relación a los trabajos de la causa y a
la administración de sus negocios. Si éstos hubiesen asistido a las
juntas de negocios, y escuchado atentamente los procedimientos,
hubiesen entendido cómo se dirige la obra en todas sus ramas, y
hubieran dado testimonio de la estricta integridad que caracteriza
cada departamento. Entonces el enemigo no hubiera incitado la insi-
nuación de que habían cosas escondidas que no se le permitía saber
a los miembros. Aquellos que no toman interés en las reuniones de
negocios, generalmente no tienen interés real en la causa de Dios,
y son éstos los que son tentados a creer que la administración de
nuestras diferentes empresas no es lo que debería ser.—
The Review
and Herald, 29 de abril de 1884
.
Principios a seguir en el nombramiento de juntas
Las mismas personas no deben servir por años en las mis-
mas juntas y comisiones
—La piedad es necesaria. Debe verse me-
nos confianza propia y mucho más humildad. La obra de Dios ha
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llegado a ser considerada como una cosa común. Habría sido mucho
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