Página 287 - El Ministerio Pastoral (1995)

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Los departamentos de la asociación
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sos y sentimientos es que ellos han sentido temor de acercarse a
usted.—
Testimonies for the Church 4:219
.
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Interésese en todos los departamentos, en vez de concentrar-
se en un área solamente
—Los predicadores deben ser precavidos,
para no estorbar los propósitos de Dios mediante sus propios planes.
Corren el peligro de reducir la obra de Dios, de limitar sus trabajos
a ciertas localidades, y de no cultivar un interés especial en la obra
de Dios en sus diversos departamentos. Algunos concentran su men-
te sobre un tema, con exclusión de otros que pueden ser de igual
importancia.—
Joyas de los Testimonios 1:291, 292
.
Con demasiada frecuencia los ministros le han dado poco
apoyo a los departamentos de Salud y Temperancia
—La obra
de la educación en el área médico-misionera es un paso adelantado
de gran importancia para despertar al hombre a sus responsabilidades
morales. Si los ministros hubiesen tomado este trabajo en sus varios
departamentos de acuerdo con la luz que Dios ha dado, hubiera
habido una reforma decidida en el comer, el beber y en el vestir.
Pero algunos han interferido directamente en el avance de la reforma
pro salud. Han refrenado a la gente mediante su indiferencia o
sus observaciones condenatorias, o con sus chistes y bromas. Ellos
mismos y muchos otros han sufrido hasta la muerte, pero todavía no
todos han obtenido sabiduría.—
Testimonies for the Church 6:377
.
Los ministros no deben llevar sobre sus hombros todo el tra-
bajo de los varios departamentos
—La causa de Dios no ha avan-
zado como debiera, por la misma razón que los ministros y los
dirigentes han sentido que ellos deben hacerlo todo. Se han esfor-
zado y afanado por mantener las cosas marchando bien, y se han
agobiado bajo el peso de las responsabilidades y cargas en los dife-
rentes departamentos de la iglesia, de la escuela sabática, y de todas
las otras ramas de la obra. Creen que tienen que hacerlo todo o que
no será hecho, y ciertamente no se hará, porque han fallado en tomar
a otros bajo su dirección y entrenarlos en el trabajo.—
The Review
and Herald, 24 de julio de 1883
.
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