Página 299 - El Ministerio Pastoral (1995)

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Cómo solucionar problemas y resolver conflictos
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de dificultades serán reducidas a un grano de arena.—
The Review
and Herald, 6 de enero de 1891
.
Cuando están unidos en Cristo, los miembros resolverán los
problemas de la iglesia con simpatía, ternura y amor
—La Biblia
presenta delante de nosotros una iglesia modelo. Sus miembros
deben estar unidos los unos con los otros, y en unidad con Dios.
Cuando los creyentes están unidos con Cristo, la vid viviente, el
resultado es que son uno en Cristo, y están llenos de simpatía, ternura
y amor.—
Mensajes Selectos 3:18, 19
.
Los problemas se solucionan cuando nos acercamos a otros
con un espíritu humilde, bondadoso y misericordioso
—Nunca
ponga en tela de juicio los motivos de sus hermanos; pues como
usted los juzgue, Dios ha declarado que usted será juzgado. Abra su
corazón a la bondad, a los alegres rayos del Sol de Justicia. Fomente
pensamientos bondadosos y santas afecciones. Cultive el hábito de
hablar bien de su prójimo. No permita que el orgullo o la justicia
propia le evite hacer una confesión franca y completa de sus malos
actos. Si no ama a aquellos por los cuales Cristo murió, no tiene
un amor genuino por Cristo, y su adoración será como una ofrenda
manchada ante Dios. Si atesora pensamientos indignos, juzgando
mal a sus hermanos y sospechando mal de ellos, Dios no escuchará
sus oraciones llenas de suficiencia y exaltación propias. Cuando
acude a aquellos que usted piensa que están actuando mal, debe tener
un espíritu de mansedumbre, de bondad, y estar lleno de misericordia
y buenos frutos. No muestre parcialidad a una persona, y descuide
a otros de sus hermanos porque no congenian con usted. Tenga
cuidado de no tratar bruscamente a quienes usted piensa que han
cometido errores, mientras que a otros, más culpables y merecedores
de más reprensión, que deberían ser severamente censurados por
su conducta anticristiana, los apoye y los trate como amigos.—
The
Review and Herald, 12 de marzo de 1895
.
Resuelvan los problemas consultándose unos a otros
—El es-
píritu de Cristo es contristado cuando cualquiera de sus seguidores
da evidencia de poseer un espíritu brusco, injusto, y exigente. Como
colaboradores juntamente con Dios, cada uno debe pensar del otro
como parte de la gran empresa de Dios. El desea que nos consulte-
mos unos a otros. No deben haber separaciones, pues el espíritu de
independencia deshonra la verdad que profesamos. Una evidencia