Página 51 - El Ministerio Pastoral (1995)

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El entrenamiento pastoral
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sagrada obra de la enseñanza de las verdades de la Biblia al mundo
deben ser cuidadosamente examinados por personas fieles y de expe-
riencia. Después de que éstos adquieran un poco de experiencia, hay
aún otro trabajo que debe ser hecho para ellos; deben ser presentados
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ante el Señor en oración ferviente para que él indique por su Santo
Espíritu si son aceptables a él. El apóstol dice: “No impongáis las
manos repentinamente sobre ningún hombre”. En los días de los
apóstoles, los ministros de Dios no se atrevían a depender de su
propio juicio al seleccionar o aceptar a un hombre para tomar el
solemne y sagrado puesto de ser portavoces de Dios. Ellos seleccio-
naban a los hombres que a su juicio eran aceptables, y después los
colocaban ante el Señor para ver si él los aceptaba para ser sus re-
presentantes. Nada menos que esto debe hacerse hoy.—
Testimonies
for the Church 4:406
.
El entrenamiento en el aula
Los ministros deben ser educados y examinados antes de
comenzar su trabajo
—Algunos jóvenes que entran al campo no
tienen éxito en enseñar la verdad a otros porque ellos mismos no
han sido educados. Aquellos que no saben leer correctamente deben
aprender, y deben ser aptos para enseñar antes de intentar presentarse
ante el público. Los maestros en nuestras escuelas están obligados
a dedicarse ellos mismos al estudio, a fin de estar preparados pa-
ra instruir a otros. Estos maestros no son aceptados hasta que han
pasado un examen crítico y sus capacidades para enseñar han sido
probadas por jueces competentes. No debe haber menos precau-
ción en el examen de los ministros; aquellos que están a punto de
comenzar la obra sagrada de enseñar las verdades de la Biblia al
mundo deben ser cuidadosamente examinados por personas fieles y
de experiencia.—
Testimonies for the Church 4:406
.
El método bíblico de entrenamiento ministerial combi-
na el estudio en la escuela con el crecimiento espiritual
Especialmente aquellos que tienen el ministerio en vista, deben
sentir la importancia del método bíblico de adiestramiento ministe-
rial. Deben dedicarse de corazón a la obra, y mientras estudian en
las escuelas, deben aprender del gran Maestro la mansedumbre y
humildad de Cristo. Un Dios que es fiel a su pacto prometió que, en