Página 53 - El Ministerio Pastoral (1995)

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El entrenamiento pastoral
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rodeaban en la vida diaria.—
El Deseado de Todas las Gentes, 50,
51
.
El entrenamiento práctico
Los ministros jóvenes deben recibir y respetar el consejo de
los ministros instructores
—Mientras adquieren preparación para
el ministerio, los jóvenes debe estar asociados con predicadores de
más edad. Aquellos que han adquirido experiencia en el servicio
activo han de llevar consigo a los jóvenes e inexpertos al campo de
la mies, para enseñarles a trabajar con éxito por la conversión de las
almas. Bondadosa y afectuosamente estos obreros mayores deben
ayudar a los jóvenes a prepararse para la obra a la cual el Señor
los llamó. Y los jóvenes a su vez deben respetar el consejo de sus
instructores, honrar su devoción y recordar que sus años de labor les
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han dado sabiduría.—
El Evangelismo, 495
.
Los ministros jóvenes deben aprender de los puntos fuertes
y débiles de sus mentores
—Con frecuencia un joven es enviado a
trabajar con un ministro de más experiencia; y si él es deficiente en
su predicación, es muy probable que el joven imite sus deficiencias.
Así que es importante que los ministros que han estado por mucho
tiempo en el campo se reformen, aunque les sea muy doloroso y
tengan que ejercitar la paciencia, para que sus defectos no sean re-
producidos en los obreros jóvenes e inexpertos. El joven predicador
debe imitar solamente los rasgos de carácter admirables que posea
el obrero de más experiencia, y al mismo tiempo notar y evitar sus
errores.—
The Review and Herald, 5 de febrero de 1880
.
Desear hacer un trabajo más allá de su capacidad lo puede
llevar al fracaso
—Hay muchos, incluso entre nuestros predicado-
res, que desean sobresalir en el mundo sin esfuerzo. Son ambiciosos
en hacer alguna gran obra de utilidad, mientras que desechan las
pequeñas tareas diarias las cuales les resultarían beneficiosas y los
haría ministros como los que Cristo ordenó. Ellos desean hacer el
trabajo que otros están haciendo, pero no tienen ningún gusto por la
disciplina necesaria para hacerlos idóneos para ello. Este ardiente
deseo por parte de hombres y mujeres, de hacer algo mucho más
allá de su capacidad presente está simplemente haciéndolos tomar
decisiones erradas en su comienzo. Ellos rehusan indignamente su-