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El Ministerio Pastoral
bir la escalera, deseando ser elevados mediante un proceso menos
laborioso.—
Testimonies for the Church 4:417
.
El colportaje provee una excelente preparación para el mi-
nisterio
—Me fue mostrado a algunos hombres a quienes Dios estaba
llamando para el trabajo del ministerio, entrando al campo como
colportores. Esta es una excelente preparación si su objetivo es di-
seminar la luz, para traer la verdad revelada en la Palabra de Dios,
directamente al círculo del hogar. En la conversación con frecuencia
se abrirá el camino para hablar de la religión de la Biblia. Si se
toma el trabajo de la manera en que se debe hacer, las familias serán
visitadas, los obreros manifestarán tener corazones tiernos y amor
por las almas, y llevarán, en palabras y acciones, la fragancia de
la gracia de Cristo, y el resultado serán buenas obras. Esta sería
una experiencia excelente para cualquiera que tiene el ministerio en
mente.—
Testimonies for the Church 4:603
.
El colportaje no debe ser un requisito para el ministerio
—
Algunas personas que no habían recibido el consejo de Dios prepara-
[54]
on una propuesta, la cual fue adoptada. Esta prescribía que no debía
aceptarse a nadie como ministro evangélico, a menos que primero
tuviera éxito en el campo del colportaje. El Espíritu del Señor no
dictó esa resolución. Fue gestada en mentes que tenían un concepto
estrecho de la viña de Dios y de sus obreros. No es la obra de ningún
hombre prescribir el trabajo para ningún otro hombre contrariando
sus propias convicciones de lo que es su deber. Puede aconsejárselo,
pero él tiene que buscar la dirección de Dios, a quien pertenece y
sirve.—
MP, 288
.
El colportaje provee oportunidades y experiencia
—Todos
los que deseen una oportunidad para el verdadero ministerio, y
que se entregarán sin reservas a Dios, encontrarán en la obra del
colportaje oportunidades para hablar acerca de muchas cosas que
atañen a la futura vida inmortal. La experiencia así adquirida será
de inmenso valor para quienes se están preparando para la obra del
ministerio. Es la compañía del Espíritu Santo de Dios la que prepara
a los obreros, tanto mujeres como hombres, para llegar a ser pastores
del rebaño de Dios.—
The Review and Herald, 15 de enero de 1901
.