Página 89 - El Ministerio Pastoral (1995)

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Las mujeres como ganadoras de almas
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harían mayor bien que los ministros que no visitan la grey de Dios
como deberían. El esposo y la esposa pueden unirse en este trabajo,
y deben hacerlo, siempre que sea posible. El camino está abierto
para las mujeres consagradas.—
Manuscript Releases 5:325, 326
.
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El Señor desea tener a los ministros y sus esposas estrecha-
mente unidos en la obra
—La obra de Dios exige un trabajo intenso,
y el Señor desearía tener a los ministros y sus esposas estrechamente
unidos en esta obra. El esposo y la esposa pueden combinarse tan
bien en la labor, que la esposa será el complemento del esposo. El
Señor desea que unidos escuchen su voz, para acercarse más y más
a él, alimentándose con su Palabra, y recibiendo luz y bendición
para impartir a otros. Deben tener la libertad necesaria para asis-
tir a los congresos y otras reuniones generales. Y la esposa puede
continuamente ser una gran ayuda para su esposo en la visitación
y otras labores personales. ...Las esposas de muchos siervos del
Señor se han unido gustosamente con sus esposos en el trabajo de
salvar almas. Mediante su desprendido interés por avanzar la cau-
sa de Dios, la esposa ha hecho el trabajo del esposo mucho más
completo.—
Manuscript Releases 6:43
.
Siempre que sea posible, permitid que el ministro y su es-
posa trabajen juntos
—El ministro y su esposa deben salir juntos
cuando esto sea posible. La esposa, con frecuencia puede trabajar
junto a su marido cumpliendo una tarea noble. Puede visitar los
hogares y ayudar a las dueñas de casa en una forma como su esposo
no podría hacerlo.—
El Evangelismo, 358
.
La esposa puede alcanzar a algunas almas, especialmente
entre las de su mismo sexo, que el ministro no puede alcanzar
La esposa del predicador puede hacer mucho bien si quiere. Si posee
el espíritu de renunciamiento, y siente amor por las almas, puede
hacer a su lado casi tanto bien como él. Una obrera en la causa
de la verdad puede comprender y alcanzar, especialmente entre
las hermanas, ciertos casos que el predicador no puede alcanzar.—
Obreros Evangélicos, 213
.
Si el ministro y su esposa pueden ocuparse juntos en la visi-
tación, debieran hacerlo
—Vigilad el rastro de las almas. Manifes-
tad tacto y habilidad cuando visitáis a las familias. Orad con ellas y
por ellas. Llevadles la verdad con gran ternura y amor, y seguramen-