Página 91 - El Ministerio Pastoral (1995)

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Las mujeres como ganadoras de almas
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se corre el riesgo de desanimar a nuestras hermanas en cuanto a
calificarse para la obra en la cual deben trabajar. Dios es un Dios de
justicia, y si los ministros reciben salario por su trabajo, sus esposas,
que se dedican a la obra tan desinteresadamente como ellos, deben
recibir su paga en adición al sueldo que perciben sus esposos, aun
cuando no lo pidan.—
Obreros Evangélicos, 468
.
La remuneración de las mujeres debe ser en proporción al
tiempo que emplean en el trabajo
—Se ha cometido un error cuan-
do se deja completamente la carga de la obra a los ministros. Este
plan fue trazado ciertamente sin la aprobación de Dios. Algunas
mujeres están ahora mismo enseñando a señoritas a trabajar exitosa-
mente en la visitación y dando estudios bíblicos. Las mujeres que
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laboran en la causa de Dios deben ser remuneradas en proporción
al tiempo que dedican al trabajo. Dios es un Dios de justicia, y si
los ministros reciben salarios por su trabajo, sus esposas, quienes
se dedican con tanto interés a la obra como obreros juntamente con
Dios, deben ser remuneradas además del sueldo de sus esposos, aun
cuando ellas no lo pidan. Al dedicarse el ministro y su esposa a
la obra, se les debe remunerar proporcionalmente al salario de dos
obreros distintos, para que tengan los medios para ser usados según
lo vean necesario en la causa de Dios. El Señor ha derramado su
Espíritu sobre ambos. Si el esposo muere, quedando sola la espo-
sa, ella estará capacitada para continuar el trabajo en la causa de
Dios, y recibirá remuneración por la labor que realice.—
Manuscript
Releases 5:323, 324
.
Las mujeres que trabajan en el Evangelio deben recibir sa-
lario
—Los adventistas del séptimo día no deben de ninguna manera
despreciar la obra de la mujer. Si una mujer confía el trabajo de su
casa a una ayudante fiel y prudente, y deja a sus niños bajo buen
cuidado mientras ella trabaja en la obra, la asociación debe tener
bastante sabiduría para comprender que es justo que reciba salario.
Mujeres ayudaron al Salvador uniéndose con él en su obra. ... Si las
mujeres hacen el trabajo que no es el más agradable para muchos de
los que trabajan en palabra y doctrina, y si su obra testifica que están
llevando a cabo un trabajo que ha sido manifiestamente descuidado,
¿no debería esa obra considerarse tan rica en resultados como la
obra de los ministros ordenados? ¿No debería ser eso motivo para