Página 116 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
quienes pueden hacer ese trabajo con esmero y en forma satisfacto-
ria. Si nuestros obreros se esfuerzan por adquirir eficiencia en las
diversas fases del trabajo, si se ciñen para la carrera y se preparan
para la batalla, el Señor los bendecirá cada vez con más inteligencia
y capacidad para hacer un trabajo aceptable. En lugar de buscar
diversiones, encontrarán su mayor placer en llevar a cabo fielmente,
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hasta el mismo fin del tiempo, la obra sagrada del Señor.
Con respecto a distribuir nuestros trabajos de publicación entre
los incrédulos, según la luz que se me ha dado, éste costará más
al final que si hubiéramos efectuado el trabajo nosotros mismos
en el nombre y el temor del Señor. El Señor desea que los obreros
de nuestras casas editoras se hagan muy eficientes, porque serán
enviados a países lejanos. Muchos que piensan que nunca tendrán
que salir de sus hogares serán sacados inesperadamente, y a menos
que hayan aprovechado sus oportunidades de obtener capacitación
en su trabajo, no podrán pararse en el lugar prominente sobre el que
Cristo desea que se ubiquen.—
Manuscrito 73, 1906
.
La impresión de materiales para la iglesia debe hacerse
por obreros adventistas bien preparados
—En la casa editora de
Mountain View debe haber un programa de capacitación en el traba-
jo. Los obreros debieran convertirse en expertos en todas las fases
del trabajo de impresión y encuadernación de libros. Debieran capa-
citarse para hacer trabajo misionero. Pero hay muchos que primero
tienen que aprender lecciones en el control de su espíritu y la cuida-
dosa elección de sus palabras. Si existe dureza en su voz, si tienen
el hábito de hablar descortésmente, antes de poder entrar en el reino
de gloria, tienen que recibir lecciones sobre la gracia y la bondad de
Cristo.
Hay una gran obra que debe realizarse en la publicación de
literatura adventista. Al Señor no le agradaría que hiciéramos planes
para que los trabajos de publicación de libros y revistas, para los que
contamos con operarios bien capacitados, se pusieran en las manos
de incrédulos. Si nuestras instituciones dependen de incrédulos para
hacer su encuadernación, con frecuencia se frustrarán a causa de la
mala calidad del trabajo. Dios desea que todo el trabajo que hacemos
para él, sea bien hecho. Todo trabajo realizado en nuestras casas
editoras debiera ser tan perfecto que tengamos la seguridad de que
el Señor ha sido glorificado por su perfección. Hagamos lo mejor