Página 117 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

Basic HTML Version

Relación entre la casa editora y la iglesia
113
posible y entonces podremos decir: “Señor, he hecho lo mejor que
[135]
he podido; ahora te pido que bendigas los esfuerzos realizados”.
Después de eso podemos esperar grandes resultados.—
Manuscrito
71, 1906
.
No se desacrediten las casas editoras adventistas
—Recibí su
carta en la que habla de un plan que usted tiene de imprimir y vender
una gran cantidad de ejemplares de mi libro
Primeros escritos
, con
un nuevo estilo de encuadernación.
En el pasado he dado mi consentimiento a sus sugerencias sobre
este asunto
pero he recibido recientemente instrucciones tan posi-
tivas concernientes a la necesidad de tener unidad, que no me atrevo
a dar mi consentimiento a su propuesta...
No quisiera manejar mis libros, y tampoco quisiera que usted ma-
neje los suyos, en una forma que cause la impresión de desacreditar
a las casas editoras. Debemos manifestar sabiduría en este asusnto.
Llevar a cabo los planes sugeridos por usted podría hacer pensar a
muchos que nos estamos aprovechando de las circunstancias para
beneficio personal.
En su cargo de presidente de esta asociación, el Señor quisiera
que haga todo lo posible para producir un espíritu de unidad. Que
la idea de unidad sea la nota clave de todas sus acciones. Esta
instrucción me ha sido dada para usted, para que no tome ninguna
decisión que cree sentimientos de discordia...
Que toda su influencia contribuya a crear un espíritu de uni-
dad entre los hombres que llevan responsabilidades en la obra de
publicaciones. Entonces sus palabras ejercerán mayor influencia.
[136]
A usted y a mí nos están vigilando para criticarnos. Si formulára-
mos planes que causaran disensión, eso podría resultar en la pérdida
de almas...
Al Señor le agradaría que usted modificara sus planes referentes
a la venta de libros a precios bajos, para evitar que induzca a algunos
Stephen Haskell varias veces había instado a la Sra. White a que entregara algunos
de sus manuscritos a publicadores no adventistas para que los imprimieran a menor costo
a fin de hacerlos circular en gran cantidad.
El camino a Cristo
, cuando se publicó por
primera vez en 1892, se imprimió en esta forma, pero posteriormente fue retirado de
la imprenta no adventista y entregado a las casas editoras adventistas. La instrucción
dada por Dios a Elena de White, se oponía a la propuesta de Haskell, aunque había sido
motivada por objetivos misioneros altruistas.