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El Ministerio de Publicaciones
Creek, ignoran que la luz se ha enviado acerca de la necesidad de
salir de ese lugar.—
Carta 126, 1903
.
El problema de la centralización quedó resuelto por el fue-
go
—El pastor Daniells y el pastor Prescott han cometido algunos
errores en su experiencia religiosa, lo mismo que otros; pero nun-
ca desafiaron al Espíritu Santo ni rehusaron ser corregidos. En un
momento se suponía que todo lo relacionado con las publicaciones
debía centralizarse bajo la organización en Battle Creek. Este pa-
recer me causó mucha aflicción. Me sentí aplastada como un carro
lleno de gavillas. Pero esta dificultad quedó resuelta cuando el Señor
permitió que el edificio principal de la Review and Herald fuera
destruido por el fuego...
Los hermanos Daniells y Prescott llevaron a cabo precisamente
el trabajo que Dios les había asignado al trasladar la casa editora
de Battle Creek a Wáshington, distrito de Columbia. El Señor los
bendijo mucho en cada paso que han dado en conformidad con la
luz que él les dio. Su sello de aprobación ha sido puesto sobre su
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obra, y él los acompañará mientras ellos continúen buscándolo como
su Maestro y ejemplo. Pero si se apartan, como lo hizo Salomón,
para trabajar contrariamente a las instrucciones de Dios, entonces el
Señor no podrá seguir cooperando con ellos.—
Manuscrito 58, 1904
.
No pensemos en la ruina ni en la falta de recursos
—El juez
hizo una presentación muy desanimadora de la condición financiera
de la Review and Herald. Si el caso es realmente como lo presentó
tenemos suficiente razón para sentirnos tristes. Pero yo no me entris-
teceré. Estoy decidida a sentirme gozosa. Dios me mostró algunas
cosas antes del incendio de la Review and Herald, de modo que no
me dejaré afectar por ahora. No mantengamos los ojos fijos en las
ruinas de una casa condenada, porque no obtendremos inspiración
de ello.
Hermano mío, no quiero que se preocupe por las finanzas, porque
el Señor sabe lo que necesitamos.—
Carta 134, 1903
.
Calamidades en San Francisco y Mountain View
—Se me ha
instruido que diga a los obreros de San Francisco y Oakland, y
también a los de Mountain View: Que cada obrero recuerde que se
encuentra bajo la más solemne obligación de trabajar de acuerdo con
el plan de Dios. Que nuestros hermanos y hermanas que participan
en la obra del Señor comprendan que tienen una gran responsabilidad