Página 191 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Establecimiento de casas editoras en nuevos lugares
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una condición saludable y floreciente en medio de un mundo impío.
No permitáis que los ángeles de Dios, servidores de los que llevan
responsabilidades, vean desanimados a los obreros de Dios. Las
dificultades ya han aumentado debido a nuestra demora, de modo
que la obra de restauración ahora requerirá más trabajo y gastos. En
el nombre del Señor pedimos a su pueblo que dispone de recursos
financieros que demuestre ser mayordomo fiel. Reparad la maquina-
ria que es tan indispensable para llevar a cabo la obra de Dios, a fin
de que su pueblo no se desanime y su obra no languidezca...
Ahora se necesita la ayuda que todos pueden proporcionar. Pro-
curad reparar la brecha que se ha producido. Hacedlo con gozo.
Hacedlo con nobleza. Acudid a prestar ayuda al Señor, a ayudar al
Señor contra los poderosos. Rescatad de inmediato la institución
que corre un peligro tan grande.
Que todos los que se dan cuenta de la proximidad de la venida
del Señor, pongan en práctica su fe. Cuando veamos languidecer una
de las instituciones de Dios, que los que tienen puesto su corazón y
su espíritu en la obra, manifiesten su interés.
Los que ocupan posiciones de responsabilidad deben dar un
buen ejemplo. Cada noble sentimiento cristiano debiera inducirlos a
trazar planes y trabajar con mayor empeño para aliviar la institución
del Señor que el que pondrían para salvar su propiedad. Que todos
procuren hacer algo. Consultad vuestros negocios y ved lo que
podéis hacer para cooperar con Dios en su obra...
Los hombres a quienes Dios ha confiado capacidades y talentos
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en forma de recursos, serán impresionados por él para que asuman
la responsabilidad y ayuden a nuestros hermanos escandinavos [en
este caso los de la Casa Editora Noruega].
La causa de Dios en Europa no debe convertirse en una pie-
dra de tropiezo o en un asunto ofensivo para los incrédulos. Las
instituciones no deben cerrarse ni entregarse en manos de gente
mundana. Que los siervos del Señor en Europa hagan todo esfuerzo
posible para recuperar lo que se ha perdido, y el Señor trabajará con
ellos. Invito a nuestros hermanos norteamericanos a cooperar con
sus hermanos europeos. Si todos hacen su parte en su gran plan, el
propósito de Dios se cumplirá. Pronto la dificultad habrá quedado en
el pasado y no volverá a importunar la causa de Dios.—
Testimonies
for the Church 6:459-461
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