Página 208 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
mitía tales cosas. Pasó mucho tiempo hasta que pude sobreponerme
a las impresiones dejadas en mi mente. Cada vez que encuentro en
mi biblioteca el
Libro de los mártires
u otra obra con ilustraciones
parecidas, los escondo para que ningún niño tenga que sufrir como
yo sufrí. Esa clase de ilustraciones no enriquece la fe.—
Carta 18,
1897
.
Ilustraciones bíblicas de óptima calidad
—Recibí la maqueta
del libro
El discurso maestro de Jesucristo
y sus ilustraciones. No
pude aceptar los grabados bajo ninguna consideración. Algunos
de ellos causaban la impresión de haber sido preparados para un
almanaque...
Los grabados con representaciones de escenas bíblicas no deben
ser trabajos de arte prosaico... El conocimiento impartido por Dios
no es de una naturaleza que rebaje nuestras ideas de lo que son las
cosas sagradas. La gloria de Dios debe mantenerse ante el ojo de la
mente, y no las representaciones mundanas vulgares que imprimen
en la memoria escenas que causan un falso concepto de Cristo y
de las cosas celestiales. Una ilustración adecuada de las escenas
bíblicas requiere talento de calidad superior. Las lecciones sagradas
de la Biblia no tienen comparación con estas ilustraciones vulgares
y comunes...
La obra que tenemos por delante es importante y no debe llevarse
a cabo con un estilo ordinario. No sé cómo hacer con los libros que
se me pide que escriba. Que el Señor me ayude, es mi oración. Que
Dios no nos permita complacer al diablo al rebajar la norma de
la verdad eterna usando ilustraciones que suscitarán las burlas de
hombres, mujeres y niños.—
Manuscrito 23, 1896
.
El autor debe ver las ilustraciones antes de imprimir el li-
bro
—Ya que las ilustraciones son tan importantes, ¿no sería mejor
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someterlas a la consideración del autor antes de imprimir el libro?—
Carta 102a, 1896
.
Ilustraciones costosas y largos plazos de entrega
—Nuestros
libros se están llenando con ilustraciones costosas, lo cual los hace
excesivamente caros para obsequiarlos, y para que los compren las
personas que más los necesitan. El asunto de las ilustraciones avanza
hacia los extremos. El dinero adicional gastado en la portada de
un libro, o en ilustraciones, no convertirá a nadie a las verdades
contenidas en la obra. A Dios no le agrada que se dedique tanto