Página 21 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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La visión recibida en Dorchester en 1848 y los primeros ensayos de publicaciones
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dijo: “Mujer, es inútil que intentemos seguir luchando. Esta situación
me está quebrantando, y no tardará en llevarme al sepulcro. Ya no
puedo más. He redactado una nota para el periódico diciendo que
me es imposible continuar publicándolo”. En el momento en que
mi esposo cruzaba la puerta para llevar la nota a la imprenta, me
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desmayé. El volvió y oró por mí. Su oración fue oída y me repuse.
A la mañana siguiente, mientras orábamos en familia, fui arreba-
tada en visión y se me instruyó respecto de estos asuntos. Vi que mi
esposo no debía desistir de la publicación del periódico, porque Sata-
nás trataba de inducirlo a dar ese paso y usaba diversos agentes para
conseguirlo. Se me mostró que debíamos continuar publicándolo,
pues el Señor nos sostendría.
No tardamos en recibir urgentes invitaciones para celebrar con-
ferencias en diversos Estados, y decidimos asistir a las reuniones
generales de Boston, Massachusetts; Rock Hill, en Connecticut; y
Camden y West Milton, en Nueva York. Todas estas reuniones fue-
ron de mucho trabajo, pero sumamente provechosas para nuestros
diseminados hermanos.
Traslado a Saratoga Springs, Nueva York—
Permanecimos
en Ballston Spa algunas semanas, hasta instalarnos en Saratoga
Springs, con el objeto de proceder a la publicación del periódico.
Alquilamos una casa y pedimos al Hno. Stephen Belda y su esposa,
y a la Hna. Bonfoey que vinieran. Esta última estaba a la sazón en
el Estado de Maine cuidando al pequeño Edson. Nos instalamos en
la casa con muebles prestados. Aquí mi esposo publicó el segundo
número de la
Adventist Review and Sabbath Herald
. La Hna. Anita
Smith, que ya duerme en Jesús, vino a vivir con nosotros y nos
ayudaba en nuestras tareas. Su ayuda era necesaria. Por entonces mi
esposo manifestó como sigue sus sentimientos en una carta escrita al
Hno. Stockbridge Howland, con fecha 20 de febrero de 1852: “Todos
están perfectamente, menos yo. No puedo resistir por más tiempo
el doble trabajo de viajar y dirigir la revista. El miércoles pasado
trabajamos por la noche hasta las dos de la madrugada, doblando
y envolviendo el No. 12 de la
Review and Herald
. Después estuve
en la cama tosiendo hasta el amanecer. Rogad por mí. La causa
prospera gloriosamente. Quizá el Señor ya no tendrá necesidad de
mí y me dejará descansar en el sepulcro. Espero quedar libre de la
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revista. La sostuve en circunstancias sumamente adversas, y ahora