Página 230 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
no deberían pedir sueldos elevados, y esos sueldos no deberían
ofrecerse como un incentivo para asegurarse el servicio de hombres
de habilidad y talento. Tal cosa sería actuar de acuerdo con los
principios mundanales. El aumento de los sueldos lleva aparejado
un aumento correspondiente de egoísmo, orgullo, ostentación, y un
lujo innecesario que no tiene la gente que hace lo más que puede
por pagar sus diezmos y entregar sus ofrendas a Dios. La pobreza
se ve a su alrededor. El Señor ama a unos tanto como a otros, con
la excepción de que las almas abnegadas, humildes y contritas que
aman a Dios y se esfuerzan por servirle, son mantenidas siempre
más cerca del gran corazón del Amor Infinito que los hombres que
se sienten en libertad de poseer todas las cosas buenas de esta vida.—
Mensajes Selectos 2:219, 220
.
Salarios más elevados para obreros calificados
—Los que han
sido colocados en posiciones de liderazgo debieran ser hombres que
poseen suficiente amplitud de mente para apreciar a personas de
intelecto cultivado y recompensarlas con salarios proporcionales
a las responsabilidades que desempeñan. Es verdad que quienes
trabajan en la obra de Dios, no debieran hacerlo nada más que por el
sueldo que perciben, sino más por el honor de Dios, por el progreso
de su causa y para obtener riquezas imperecederas. Al mismo tiempo,
no debiéramos esperar que los que son capaces de realizar trabajos
con esmero y perfección, trabajos que requieren esfuerzo cuidadoso
y sostenido, no reciban más sueldo que los obreros no especializados.
Es necesario estimar debidamente los talentos. Los que no pueden
apreciar un trabajo de calidad y la auténtica habilidad, no debieran
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ser gerentes de nuestras instituciones, porque su influencia tendería
a circunscribir la obra y a rebajarla a un nivel inferior.
Si nuestras instituciones fueran tan prósperas como Dios se
propone que sean, debe haber más esmero y oración fervorosa mez-
clados con un celo y un ardor espirituales crecientes. Emplear a
obreros calificados en la obra puede requerir una mayor cantidad de
recursos financieros, pero al final resultará en ahorro; es indispensa-
ble que se economice en todo lo que sea posible, pero se encontrará
que el esfuerzo por ahorrar al emplear a obreros dispuestos a trabajar
por un salario más bajo, y cuyo trabajo corresponde en carácter a
sus salarios, resultará en pérdida. La obra se atrasará y la causa será
desmerecida. Hermanos, podréis economizar tanto como deseéis en