Página 231 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Salario para los obreros de las casas editoras
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vuestros asuntos personales, en la edificación de vuestras casas, en la
adquisición de ropa, en la compra de alimentos y en vuestros gastos
generales; pero no introduzcáis esta economía en la causa de Dios
en una forma tal que impida que hombres de habilidad y verdadero
valor moral se empleen en ella.—
Testimonies for the Church 5:551
.
Empleo de obreros competentes
—Se me ha revelado que ade-
más de la ayuda con que ahora se cuenta en la oficina, debiera
emplearse a obreros capaces para que ayuden en la administración
de los diferentes departamentos de la obra. Hay que emplear a perso-
nas con experiencia en los negocios y que sean gerentes competentes.
Años atrá
habría sido más conveniente emplear a hombres que
eran administradores de experiencia, hombres que habrían enseñado
minuciosidad, prontitud y economía, aunque hubiera sido necesario
pagarles un sueldo doble del que percibían los capataces. El Hno. R
es deficiente aquí; no tiene una disposición agradable para corregir
lo que está mal. Trata de hacerlo, pero un gran número de cosas que
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necesitarían ser reformadas de inmediato permanecen sin ser atendi-
das. La casa editora carece de un experto en finanzas, un hombre de
negocios cabal. Hay pérdidas que son tres veces mayores que lo que
se gastaría en salarios para un administrador con el mejor talento y
experiencia en este trabajo.—
Testimonies for the Church 5:414
.
La abnegación debiera caracterizar a los obreros
—Se me
mostró que la obra de las publicaciones no debería llevarse a cabo
siguiendo los mismos principios que imperan en las demás editoria-
les, porque se trata de algo así como de una escuela de preparación.
Todos los que se relacionan con ella han de ser misioneros y trabajar
siguiendo los mismos principios que determinaron su existencia. La
abnegación debería caracterizar a todos los obreros...
La abnegación debería predominar entre los empleados que ocu-
pan posiciones de responsabilidad en las oficinas, y deberían ser
un ejemplo para todos los obreros. Esta obra surgió mediante la
abnegación, y ahora debería manifestarse y mantenerse ese mismo
espíritu. Debería apuntarse al mismo objetivo. Esta es una obra
Esta declaración escrita en 1889 retrocede al tiempo, “años atrás”, cuando habría
sido mejor emplear a administradores de éxito, aun pagándoles el doble que a los capataces,
antes que permitir que la casa editora cayera en graves problemas financieros. Una
situación especial o caso de emergencia puede requerir un remedio especial.