Página 232 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
de carácter misionero, y los que no tengan espíritu misionero no
deberían continuar en ella”.—
Mensajes Selectos 2:223, 224
.
El que es egoísta y codicioso, que está ansioso por tomar hasta
el último peso que pueda de nuestras instituciones como pago por
sus servicios, está limitando la obra de Dios; ciertamente tendrá su
recompensa. No puede ser considerado digno de que se le confíe
la recompensa eterna y celestial en las mansiones que Cristo ha
ido a preparar para los que se niegan a sí mismos, toman la cruz y
le siguen. La idoneidad de los hombres para entrar en la herencia
comprada con sangre se examina durante esta vida, que sirve como
un tiempo de prueba. Aquellos que tienen el espíritu de abnegación
manifestado por Cristo, cuando se entregó a sí mismo para la sal-
vación de la humanidad caída, son los que beberán de la copa, que
serán bautizados con el bautismo, y que compartirán las glorias del
Redentor.—
Mensajes Selectos 2:223
.
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Debéis retener la confianza de la gente. A menos que tengáis
a la gente con vosotros, vuestra obra será un fracaso. Hermanos,
obreros, desde los jefes superiores hasta los más humildes, debierais
mantener en la casa editora el espíritu manifestado por Cristo al
venir a nuestro mundo.—
Carta 5, 1892
.
Compensación debida para el trabajo de las mujeres
—Si
una mujer es designada por el Señor para que haga cierto trabajo,
su obra debiera ser estimada en conformidad con su valor. Algunos
pueden pensar que es una norma administrativa conveniente permitir
que algunas personas dediquen su tiempo y trabajo a la obra sin
recibir compensación. Pero Dios no aprueba estas disposiciones.
Cuando se requiere abnegación debido a una escasez de recursos
financieros, la carga no debe colocarse totalmente sobre unas pocas
personas. Todos deben unirse en el sacrificio.
Dios desea que las personas a quienes él ha confiado sus bienes
demuestren bondad y liberalidad, y no mezquindad. En sus transac-
ciones comerciales no deben tratar de extraer hasta el último centavo
posible. Dios desprecia esos métodos.
Los obreros debieran recibir compensación según las horas que
dedican a un trabajo honrado. El que trabaja tiempo completo debe
recibir salario completo. Si una persona dedica su mente, alma
y energía a llevar la carga, debe ser pagada como corresponde.—
Testimonies for the Church 7:207, 208
.