Página 235 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Salario para los obreros de las casas editoras
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diezmos y dar sus ofrendas a la causa de Dios. Aquellos que están
a la cabeza de la obra deberían tener una conducta que les permita
decir sin sonrojarse: “Venid, actuemos conjuntamente en esta obra
que se comenzó con sacrificio y que es sostenida por una continua
abnegación”. El pueblo no debería superar a los que están al frente
de nuestra obra en lo que se refiere a la abnegación, a la práctica de
la economía y a la negación de sus necesidades.—
Mensajes Selectos
2:221
.
La fidelidad determina el valor del servicio
—He quedado
profundamente conmovida por las escenas que contemplé durante
la noche. Algunos de mis hermanos hacían propuestas con las que
no puedo concordar. Las declaraciones formuladas por ellos indican
que están en una vía equivocada, y que carecen de una experiencia
que podría protegerlos del engaño. Me afligió escuchar de parte de
algunos de nuestros hermanos expresiones que no demuestran fe
en Dios ni lealtad a su verdad. Se hicieron propuestas que, de ser
llevadas a cabo, alejarían del camino angosto.
Algunos piensan que si se pagaran sueldos más elevados a hom-
bres de talento superior, éstos permanecerían con nosotros, y enton-
ces se realizaría más trabajo, en forma más aceptable, con lo que la
causa de la verdad adquiriría una posición más destacada.
Uno que nunca yerra me instruyó con respecto a estos asuntos.
Suponiendo que se adoptara este plan, pregunto: “¿Quién es compe-
tente para medir la utilidad y la influencia genuina de esos obreros?”
Ningún hombre está calificado para juzgar la utilidad en el servicio
de Dios.
La posición o el cargo que pueda tener una persona no consti-
tuye en sí mismo una indicación de su utilidad en la causa de Dios.
El desarrollo de un carácter cristiano mediante la santificación del
espíritu es lo que le proporcionará influencia para el bien. En la esti-
mación que Dios hace, el grado de su fidelidad es lo que determina
el valor de su servicio.
Dios acepta únicamente los servicios de quienes participan de
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la naturaleza divina. Sin Cristo el hombre no puede hacer nada.
Únicamente el amor a Dios y al hombre coloca a los seres humanos
en terreno ventajoso frente a Dios.—
Mensajes Selectos 2:212, 213
.
El trabajo es motivado por el amor a las almas
—He estado
meditando en el asunto de los sueldos, lo que constituía una preocu-