Página 247 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Componentes del liderazgo de calidad
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descuiden la salvación de la gente y que trabajen asiduamente a
fin de preparar obreros para que entren en nuevos campos. Deben
instarlos a presentar la verdad, no sólo mediante preceptos, sino tam-
bién en forma práctica, ejemplificando en sus vidas perfectamente la
religión en la que profesan creer. Mientras ellos mismos se esfuer-
cen fielmente por vencer, estarán enseñando a otros a convertirse en
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vencedores. Dios trabaja con el fiel mayordomo que trata de hacer
lo mismo que Cristo haría en su lugar.
No tratéis de rehuir las responsabilidades. Hacerlo sería des-
honrar la vocación del discipulado. Cristo representó a su Padre
cuando desempeñó su ministerio en este mundo. Debemos seguir
sus pasos.—
Carta 140, 1901
.
Mujeres jóvenes como obreras
—Mujeres instructoras debie-
ran trabajar con las mujeres jóvenes, no para ver cuánto trabajo
pueden lograr de su parte, sino para ganar su amor y confianza.
Cuando lo hayan logrado, no habrá dificultades en el trabajo, porque
las obreras sentirán deseos de agradar.
El Señor pide a los que están dedicados a la sagrada obra de
publicar la verdad que den evidencia de que han sido purificados
por la gracia divina. A medida que los discípulos de Cristo revelan
su carácter, manifiestan su poder milagroso y dan un testimonio
convincente de la verdad de su palabra.—
Carta 140, 1901
.
Hay que cumplir el deber a cualquier costo
—El poderoso
Dios de Israel es nuestro Dios. En él podemos confiar, y si obede-
cemos sus requerimientos, obrará por nosotros tan señaladamente
como lo hizo por su antiguo pueblo. Todo el que procure seguir el
camino del deber se verá a veces asaltado por la duda e incredulidad.
El camino estará a veces tan obstruido por obstáculos aparentemente
insuperables, que ello podrá descorazonar a los que cedan al des-
aliento; pero Dios les dice: Seguid adelante. Cumplid vuestro deber
cueste lo que costare. Las dificultades de aspecto tan formidable,
que llenan vuestra alma de espanto, se desvanecerán a medida que,
confiando humildemente en Dios, avancéis por el sendero de la
obediencia.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 466
.
La obra del colportaje no es para todos
—Consideremos el
plan propuesto en el congreso de Minneapolis. Algunas personas
que no habían recibido el consejo de Dios prepararon una propuesta,
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la cual fue adoptada. Esta prescribía que no debía aceptarse a nadie