Página 294 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
predicar, pero podéis ser evangelistas ministrando a las necesidades
de los que se relacionan con vosotros; podéis ser la mano ayuda-
dora de Dios, trabajando como lo hicieron los discípulos; podéis
preguntar a aquellos con quienes os encontráis si aman al Señor
Jesús.—
Servicio Cristiano Eficaz, 184
.
Cómo ministrar a otras iglesias
—No se puede esperar que la
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gente vea de inmediato la ventaja de la verdad sobre el error que han
estimado. La mejor forma de exponer la falacia del error es presentar
la verdad. Este es el mayor reproche que se puede hacer al error.
Disipad la nube de tinieblas que envuelve las mentes reflejando la
luz resplandeciente del Sol de justicia.
Usted puede tener oportunidad de hablar en otras iglesias. Al
aprovechar estas oportunidades, recuerde las palabras del Salvador:
“Sed prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”.
Mateo
10:16
. No haga discursos denunciatorios. Debe presentar mensajes
claros y definidos, pero no incluya ninguna expresión dura. Hay
muchas personas que salvar. Sea sabio en lo que dice y en lo que
hace para llevar salvación, y represente a Cristo ante todas las per-
sonas con quienes se relaciona. Que todos vean que sus pies están
calzados con el apresto del Evangelio de paz y buena voluntad con
los hombres. Los resultados que veremos son admirables si entra-
mos en la obra imbuidos con el Espíritu de Cristo. Si llevamos a
cabo la obra con justicia, misericordia y amor, recibiremos ayuda
en nuestra necesidad. La verdad producirá la victoria.—
The Review
and Herald, 7 de octubre de 1902
.
Presentad la verdad con delicadeza
—Hay que presentar la
verdad con tacto, amor y delicadeza. Debe surgir de un corazón
enternecido y lleno de comprensión. Necesitamos tener una estrecha
comunión con Dios, para que no surja una actitud egoísta, como
sucedió con Jehú, y salga de nuestra boca un torrente de palabras
impropias, que no son como rocío ni como las lluvias tranquilas que
reviven las plantas marchitas. Que nuestras palabras sean suaves
cuando procuramos ganar almas. Dios será sabiduría para el que
busca sabiduría de una fuente divina. Debemos buscar oportuni-
dades en todas partes. Debemos velar en oración, y estar siempre
listos para dar una respuesta a todos los que pidan una razón de
la esperanza que hay en nosotros. Para no impresionar desfavora-
blemente a un alma por quien Cristo murió, debiéramos mantener