Página 295 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Enseñando a los colportores evangélicos a ganar almas
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nuestros corazones elevados hacia Dios, para que cuando se presente
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la oportunidad, podamos tener la palabra adecuada para decirla en
el momento oportuno. Si decide trabajar para Dios, el Espíritu de
Dios será su ayudador. El Espíritu Santo impresionará el alma con la
verdad hablada con amor. La verdad tiene poder vivificante cuando
se presenta bajo la influencia de la gracia de Cristo.—
The Review
and Herald, 7 de octubre de 1902
.
Modales agradables, atractivos y corteses
—Como pueblo de-
biéramos cultivar la bondad y la cortesía en nuestra relación con las
personas con quienes nos asociamos. Evitemos las maneras brus-
cas, y tratemos siempre de presentar la verdad en forma suave. Esta
verdad significa vida, vida eterna para el que la recibe. Por lo tanto,
procure pasar fácil y cortésmente de temas de naturaleza temporal,
a lo espiritual y eterno. Un trato muy cortés caracterizaba la obra
del Salvador. Trate de presentar su misión en la forma más suave.
En los lugares urbanos y rurales, puede sembrar en algún corazón la
semilla de la verdad.—
Manuscrito 55, 1908
.
Equipo formado por el colportor y el pastor
—Cuando se ha-
ce un esfuerzo por introducir la verdad en un lugar importante,
nuestros predicadores deben prestar atención especial a la instruc-
ción y preparación de aquellos que han de cooperar con ellos. Se
necesitan colportores y personas aptas para dirigir estudios bíblicos
en las familias, para que mientras los predicadores trabajan con la
palabra y la doctrina, aquéllos también atraigan personas a la verdad.
Los predicadores nuestros que han ido a importantes lugares para
celebrar reuniones en grandes tiendas de campaña, han cometido a
menudo un grave error al dedicar todo su tiempo a dar sermones.
Debiera haber menos predicación y más enseñanza; enseñanza a la
gente, y también a los jóvenes acerca de cómo trabajar con éxito.
Los predicadores deben hacerse eficientes para enseñar a otros a
estudiar la Biblia, y para preparar las mentes y modales de aquellos
que quieren ser obreros en la causa de Dios. Y deben estar listos para
aconsejar e instruir a los nuevos conversos que demuestren tener
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capacidad para trabajar por el Maestro.—
Obreros Evangélicos, 79
.
Trabajo fuera de los centros adventistas
—Debiéramos liberar
a algunos de los obreros que ahora trabajan en lugares en los que se
concentran numerosos ramos de la obra, para que salgan a desem-
peñarse como misioneros para comunicar la verdad a la gente. Los