Página 323 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Promoción de la venta de libros
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no debieran añadir la obligación de vender nuestras publicaciones,
especialmente en las reuniones en carpas y durante los congresos de
la Asociación General. Presentamos estos conceptos para corregir a
los que en esas reuniones descendían de la dignidad de su obra para
dedicarse a extender delante de la gente mercancías que no tenían
ninguna relación con la obra.
Nuestros pastores que disfrutan de buena salud pueden, con la
mayor naturalidad, dedicarse, en momentos oportunos, a la venta
de nuestras publicaciones. La venta y la circulación de obras como
las que recientemente han llamado la atención de nuestro pueblo,
exigen esfuerzos vigorosos. Durante las cuatro semanas que duró
nuestro viaje por los condados de Gratiot, Saginaw y Tuscola, mi
esposo vendió y obsequió a los pobres, publicaciones por valor de
cuatrocientos dólares. Primero presentó la importancia de los libros
ante la gente; luego estuvieron listos a adquirirlos con tanta rapidez
como él y sus ayudantes podían entregárselos.—
Testimonies for the
Church 1:687-689
.
Hay que poner énfasis en los libros con el mensaje
—En la
noche del 2 de marzo de 1907, muchas cosas me fueron reveladas
en cuanto al valor de nuestras publicaciones que contienen la verdad
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presente, y la poca diligencia de nuestros hermanos y hermanas para
asegurarles una amplia difusión.
Se me mostró en repetidas ocasiones que nuestras prensas debie-
ran estar continuamente ocupadas en publicar la luz de la verdad. El
tiempo actual es un tiempo de tinieblas espirituales para la iglesia
del mundo. La ignorancia de las cosas divinas ha encubierto a Dios
y la verdad de la vista de los hombres. Las fuerzas del mal se con-
gregan y fortalecen. Satanás promete a sus asociados que hará una
obra que seducirá al mundo entero. Mientras que la actividad de la
iglesia es sólo limitada, Satanás y sus ejércitos están desplegando
una actividad intensa. Las iglesias pseudocristianas están muy lejos
de haber convertido al mundo, pues ellas mismas se han dejado
corromper por el egoísmo y el orgullo; y necesitan experimentar el
poder regenerador de Dios en su seno antes de poder guiar a otros
hacia un ideal más elevado y más puro.
Pasé la tarde del día 2 de marzo con el Hno. S. N. Haskell y su
esposa, hablando de la obra que se está haciendo en Oakland y de su
proyecto de ir a pasar algún tiempo en South Lancaster. Después de