Página 363 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Publicaciones para los hogares adventistas
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presentadas en estos libros extravían a los niños, les dan falsas ideas
de la vida y fomentan en ellos el deseo de lo que es vano e ilusorio...
Jamás debieran ponerse en las manos de los niños y jóvenes
libros que perviertan la verdad. No hay que consentir en que nuestros
hijos, en el curso de la educación, reciban ideas que resulten ser
semilla de pecado.—
El Hogar Cristiano, 376
.
4. ¿Lectura frívola y excitante?—
Los lectores de cuentos frí-
volos y excitantes se incapacitan para los deberes de la vida práctica.
Viven en un mundo irreal. He observado a niños a quienes se había
permitido hacer una práctica de la lectura de tales historias. En su
casa o fuera de ella, estaban agitados, sumidos en ensueños y no
eran capaces de conversar sino sobre los asuntos más comunes. La
conversación y el pensamiento religiosos eran completamente ajenos
a su mente. Al cultivar el apetito por las historias sensacionales, se
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pervirtió el gusto mental, y la mente no se satisface a menos que se
la nutra con este alimento malsano. No puedo pensar en un nombre
más adecuado para los que se dedican a tales lecturas que el de
ebrios mentales. Los hábitos intemperantes en la lectura ejercen
sobre el cerebro el mismo efecto que los hábitos intemperantes en el
comer y beber ejercen en el cuerpo.
Antes de aceptar la verdad presente, algunos tenían la costumbre
de leer novelas; pero al relacionarse con la iglesia, hicieron un es-
fuerzo para vencer esta costumbre. Colocar delante de estos nuevos
miembros de la iglesia lecturas parecidas a las que abandonaron es
como ofrecer un vaso de alcohol a un esclavo de la bebida. Al ceder
a las tentaciones que se les presentan constantemente, no tardan en
perder el gusto por las buenas lecturas; no tienen ya interés en el
estudio de la Biblia; su fuerza moral se debilita; el pecado les parece
cada vez menos repugnante. Manifiestan una infidelidad creciente y
un desagrado siempre mayor por los deberes prácticos de la vida. A
medida que la mente se pervierte, se vuelve más dispuesta a leer lo
sentimental. Así queda abierta la puerta del alma para que Satanás
entre y pueda dominarla por completo.—
El Hogar Cristiano, 377,
378
.
5. ¿Asuntos superficiales?—
Con la inmensa corriente de mate-
rial impreso que sale constantemente de la prensa, tanto los adultos
como los jóvenes adquieren el hábito de leer apresurada y superfi-
cialmente, y la mente pierde la facultad de elaborar pensamientos