Página 380 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
en otros idiomas.—
Notas Biográficas de Elena G. de White, 237,
238
.
Las publicaciones entran en contacto con corazones prejui-
ciados
—No tenemos tiempo que perder. Hay una obra importante
delante de nosotros, y si somos siervos perezosos perderemos cierta-
mente la recompensa celestial. Pero pocos son los que tienen una
visión amplia y extensa de lo que puede realizarse para alcanzar a la
gente por medio de esfuerzos personales e interesados en una sabia
distribución de nuestras publicaciones. Muchos que serían inducidos
a escuchar la verdad presentada por el predicador vivo, aceptarán un
folleto o un periódico y lo leerán con cuidado; muchas de las cosas
que leen concuerdan exactamente con sus ideas, y así se interesan
en leer todo lo que contiene. Así se causan impresiones sobre sus
mentes, que no olvidan con facilidad. La semilla de la verdad en
algunos casos ha permanecido enterrada durante años bajo la basura
de este mundo y las fábulas agradables que la gente engañada ha
disfrutado. Después de un tiempo, alguna tristeza o aflicción les
ablanda el corazón, y entonces la semilla brota y produce fruto para
gloria de Dios.
Diré nuevamente que muchas personas leen estos folletos y re-
vistas, lo que despierta su espíritu combativo y llenos de ira arrojan
lejos el mensajero silencioso. Pero las ideas nuevas para ellos, aun-
que no eran bienvenidas, ya han causado su impresión, y mientras el
mensajero silencioso soporta el maltrato sin tomarse el desquite, no
hay nada que alimente la ira que se había despertado. Una vez más la
mano toma la revista o el folleto rechazados y los ojos leen las líneas
con la verdad; pero el lector nuevamente airado, arroja lejos de sí el
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material de lectura. Sin embargo, la mente no reposa, y finalmente
la persona lee la revista detestada, y la verdad, punto por punto,
comienza su obra de convicción; la reforma se lleva a cabo paso a
paso. Muere el yo, y desaparecen la lucha y el antagonismo con-
tra la verdad. La revista despreciada, en adelante es honrada como
instrumento de conversión del porfiado corazón y para subyugar la
perversa voluntad, poniéndolos en sujeción a Cristo. Si el predicador
viviente hubiera hablado con la misma claridad y exactitud, estas
personas se habrían alejado de él sin aceptar las nuevas y extrañas
ideas presentadas. Las revistas y los folletos pueden ir a donde el