Página 50 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
las indicaciones del Espíritu Santo, tendremos la experiencia de los
tiempos apostólicos.
Entrenamiento para el servicio misionero—
Nuestras institu-
ciones deben ser agencias misioneras en el sentido más completo
de la palabra, y el verdadero trabajo misionero empieza siempre
por los más cercanos. Hay trabajo misionero que realizar en cada
institución. Desde el director hasta el más humilde obrero, todos
deben sentir su responsabilidad para con los inconversos que haya
en su medio. Deben poner por obra los esfuerzos más celosos para
traerlos al Señor. Como resultado de tales esfuerzos, muchos serán
ganados y llegarán a ser fieles y leales en el servicio de Dios.
A medida que nuestras casas editoriales tomen a pecho la obra en
los campos misioneros, verán la necesidad de proveer una educación
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más amplia y completa a sus obreros. Comprenderán el valor de las
ventajas que poseen para realizar esta tarea, y sentirán la necesidad
de formar obreros capacitados no sólo para mejorar las condiciones
de trabajo en sus propios talleres, sino también para ofrecer ayuda
eficaz a las instituciones fundadas en campos nuevos.
Dios desea que nuestras casas editoriales sean buenas escuelas,
tanto para la instrucción industrial y comercial como en las cosas
espirituales. Los directores y obreros deben recordar constantemente
que Dios exige la perfección en todos los que se relacionan con su
servicio. Comprendan esto todos los que entran en nuestras institu-
ciones para recibir instrucción. Dad a todos ocasión de adquirir la
mayor eficiencia posible y de familiarizarse con diferentes ramos
de trabajo. De esta manera, si son llamados a otros campos, tendrán
una preparación completa para llevar varias responsabilidades.
Los aprendices deben formarse de tal manera que después de
haber pasado en la institución el tiempo necesario, puedan desem-
peñar inteligentemente en otra institución los diferentes trabajos de
imprenta, dar impulso a la causa de Dios por el empleo juicioso de
sus energías y comunicar a otros los conocimientos recibidos.
Todos los obreros deben comprender que no sólo han de pre-
pararse para los ramos comerciales, sino también para llevar res-
ponsabilidades espirituales. Comprenda cada obrero la importancia
que tiene la comunión personal con el Señor, la experiencia perso-
nal de su potencia para salvar. Sean todos ellos educados como lo
eran los jóvenes que frecuentaban las escuelas de los profetas. Sea