Página 85 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

Basic HTML Version

Requisitos habilitantes para la obra y la eficiencia
81
Los que van a ese lugar con buenos propósitos se echan a perder
por la influencia no consagrada de algunos de los empleados. Esto
no debe continuar así. En estos casos hay que hablar con claridad
y tomar medidas definitivas.—
Special Testimonies Concerning the
Work and Workers in the Pacific Press, 16, 17
.
Las influencias del hogar afectan las instituciones
—Cada ho-
gar cristiano debiera tener reglas; y los padres debieran, por sus
palabras y comportamiento mutuo, dar a los hijos un valioso ejem-
plo viviente de lo que desean que éstos lleguen a ser. Debieran
practicar constantemente el lenguaje puro y la verdadera cortesía
cristiana. Que no haya nada que induzca al pecado; que no haya
conjeturas torcidas ni lengua maligna. Enseñad a los niños y ado-
[99]
lescentes a respetarse ellos mismos, a ser fieles a Dios y leales a
los principios; enseñadles a respetar y obedecer la ley de Dios. En-
tonces estos principios controlarán sus vidas e intervendrán en su
asociación con otras personas. Amarán a su prójimo como a ellos
mismos. Crearán una atmósfera pura, que ejercerá influencia para
animar a las personas débiles a seguir en el camino que conduce a la
santidad y al cielo. Que cada lección tenga un carácter elevador y
ennoblecedor, y el registro que aparecerá en los libros del cielo será
de tal naturaleza que no os sentiréis avergonzados de encontrarlo en
el juicio.
Los niños que reciben esta clase de instrucción nunca serán una
carga ni una causa de ansiedad en nuestras instituciones; sino que
serán una fortaleza, un apoyo para los que llevan responsabilidades.
Estarán preparados para trabajar en cargos de responsabilidad, y por
medio del precepto y el ejemplo, ayudarán constantemente a otros a
hacer el bien.—
Carta 74, 1896
;
Special Testimonies for Ministers
and Workers in our Institutions, 12, 13
.
Promesa para los que hacen lo mejor posible
—Cristo está
revisando su trabajo en todo sentido. Desea que esté libre del poder
de Satanás para que todos reconozcan la pureza de su trabajo. El
Señor puede encomiar sólo lo que es digno de encomio. A los que
se esfuerzan por hacer su voluntad, les dice con una voz que revela
dulzura celestial: “La gracia sea contigo y la paz, de parte de Dios
nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo”.