Página 96 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
tran reunidos en un Libro, y son como los testimonios presentados en
una reunión social. No describen las cosas con el mismo estilo. Cada
uno tiene una experiencia individual, y esta diversidad amplía el co-
nocimiento que se extrae para satisfacer las necesidades de diversas
mentes. Los pensamientos expresados no son uniformes, como si se
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hubieran fundido en un molde de hierro. Esta clase de uniformidad
habría producido una pérdida de gracia y elegante belleza.
No debemos suponer que tenemos que hablar de las mismas
cosas, haciendo las mismas representaciones con idénticas palabras;
y sin embargo debe haber unidad en la diversidad. Los diferentes
testimonios se unen para constituir un todo, como los libros de la
Biblia se han reunido y publicado bajo una misma portada... No
es necesario que alguien se esfuerce por lograr que lo que procede
de su mente sea por entero diferente de lo que sale de la mente de
otra persona. Pero debe ir en la dirección que el Espíritu del Señor
señale; entonces habrá diferentes ilustraciones y distintas formas de
presentación que interesarán e instruirán a diversas mentes.—
Carta
53, 1900
.
Unidad en la diversidad
—El Creador de todas las ideas puede
impresionar diversas mentes con el mismo pensamiento, pero cada
uno puede expresarlo en forma diferente, aunque sin contradicción.
El hecho de que exista esta diferencia no debe hacernos vacilar
ni confundirnos. No es común que dos personas capten la verdad
y la expresen de idéntico modo. Cada una se espacia en aspectos
particulares, según los estime de acuerdo con su constitución y
educación. La luz del sol que ilumina distintos objetos les da matices
diferentes.—
Carta 53, 1900
.
Nuestra obra consiste en proclamar el mensaje del tercer án-
gel. Se necesitan hombres que comprendan la verdad que se debe
proclamar, que saben cuál es el material que debe salir de nuestras
casas editoras. Debemos adherirmos firmemente a la verdad para
este tiempo, y buscar en toda forma posible trabar las ruedas del
carro de Satanás.
Satanás y sus agentes han estado y están trabajando con diligen-
cia. ¿Dará Dios su bendición a las casas editoras si éstas aceptan los
engaños del enemigo? ¿Se convertirán las instituciones que se han
mantenido ante la gente como santas para el Señor, en escuelas en las
que los obreros comen el fruto del árbol prohibido del conocimiento?
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