Obra misionera
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Cuando las iglesias vean que hay jóvenes que poseen el celo que
los califica para extender sus labores a ciudades, aldeas y pueblos
que nunca han sido despertados a la verdad; cuando vean que hay
misioneros voluntarios dispuestos a ir a otras naciones a fin de
llevarles la verdad, las iglesias se verán animadas y fortalecidas
mucho más que si ellas mismas fueran beneficiarias de los trabajos
de jóvenes inexpertos. Al ver los corazones de sus ministros ardiendo
de amor y celo por la verdad y con un deseo de salvar almas, las
iglesias despertarán. Estas generalmente tienen en su propio seno
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los dones y el poder que les reportaría bendición y fortaleza a ellas
mismas, y que les permitiría reunir a las ovejas y a los corderos
en el redil. Necesitan que se les permita trabajar con sus propios
recursos, para que todos los dones que están durmiendo puedan así
ser llamados a un servicio activo.
El Señor ha impulsado a hombres que hablan otros idiomas, y
los ha colocado bajo la influencia de la verdad, a fin de calificarlos
para trabajar en su causa. El los ha puesto al alcance de la oficina de
publicaciones, para que sus gerentes se valieran de sus servicios, si
estaban despiertos a las necesidades de la causa. Se necesitan publi-
caciones en otros idiomas, para despertar el interés y las inquietudes
entre otras naciones.
Así como la predicación de Noé amonestó y probó a los ha-
bitantes del mundo antes que el diluvio los destruyera de sobre la
faz de la tierra, también la verdad de Dios para estos últimos días
está haciendo una obra similar de amonestar y poner a prueba al
mundo. Las publicaciones que salen de la oficina llevan el sello del
Eterno. Están siendo esparcidas por todo el país, y están decidiendo
el destino de muchas almas. Se necesitan grandemente ahora hom-
bres que puedan traducir y preparar nuestras publicaciones en otros
idiomas, de manera que el mensaje de advertencia vaya a todas las
naciones y las pruebe por medio de la luz de la verdad, y así los
hombres y mujeres, al ver la luz, puedan volver de la transgresión a
la obediencia de la ley de Dios.
Debe aprovecharse toda oportunidad para extender la verdad a
otras naciones. Esto requerirá considerable gasto, pero el gasto de
ninguna manera debe impedir la realización de esta tarea. Los me-
dios son de valor únicamente al ser empleados para hacer progresar
los intereses del reino de Dios. El Señor ha prestado medios a los
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