Capítulo 41—La muerte del pastor Jaime White
A pesar de las labores, los cuidados y las responsabilidades
que llenaban la vida de mi esposo, su sexagésimo año lo encontró
activo y vigoroso de mente y de cuerpo. Tres veces había caído
bajo el golpe de la parálisis; y sin embargo, por la bendición de
Dios, gracias a una constitución naturalmente fuerte, y a la atención
estricta de las leyes de la salud, pudo regresar a la actividad. De
nuevo viajó, predicó y escribió con su celo y energía acostumbrados.
Habíamos trabajado lado a lado en la causa de Cristo por treinta
y cinco años; y esperábamos permanecer juntos para presenciar la
finalización triunfante de la obra. Pero tal no fue la voluntad de Dios.
El protector elegido de mi juventud, el compañero de mi vida, el
copartícipe de mis labores y aflicciones, fue arrebatado de mi lado,
y fui dejada sola para terminar mi obra y para continuar peleando la
batalla.
La primavera y la primera parte del verano de 1881 las pasamos
juntos en nuestro hogar de Battle Creek. Mi esposo esperaba arreglar
sus asuntos de tal manera que pudiéramos ir a la costa del Pacífico
y dedicarnos a escribir. El creía haber hecho un error al permitir
que las aparentes necesidades de la causa y los pedidos de nuestros
hermanos nos urgieran a realizar un trabajo activo en la predicación
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cuando debiéramos haber estado escribiendo. Mi esposo quería pre-
sentar en forma más plena el tema glorioso de la redención, y por
años yo había contemplado el plan de preparar libros importantes.
Ambos sentíamos que mientras nuestras facultades mentales estuvie-
ran vigorosas debíamos completar esos libros; que era un deber que
teníamos, con nosotros mismos y con la causa de Dios, el descansar
del ardor de la batalla y dar a nuestro pueblo la luz preciosa de la
verdad que Dios había abierto ante nuestras mentes.
Algunas semanas antes de la muerte de mi esposo, yo le hablé
con insistencia de la importancia de buscar un campo de trabajo
en que nos viéramos libres de las cargas que necesariamente caían
sobre nosotros estando en Battle Creek. En respuesta, él habló acerca
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