Trabajo con la pluma y la palabra
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por la edad o por la posición, y se ofenden si se los aconseja o
se los reprueba. De las personas que se creen muy importantes
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tenemos ya más de las que se necesitan. Dios está llamando a jóvenes
modestos, silenciosos, de mente sobria, y hombres de edad madura
bien equilibrados en sus principios, que puedan orar y también
hablar, que se pongan en pie delante de los de más edad y traten con
respeto a las canas.
“La causa de Dios está sufriendo por falta de obreros que tengan
comprensión y poder mental. Hermanos y hermanas, el Señor os
ha bendecido con facultades intelectuales capaces de vasto desa-
rrollo. Cultivad vuestros talentos con fervor perseverante. Educad
y disciplinad la mente por el estudio, la observación y la reflexión.
No podéis encontraros con la mente de Dios a menos que pongáis
en uso toda facultad. Las capacidades mentales se fortalecerán y
desarrollarán si salís a trabajar con el temor de Dios, con humildad, y
con una ferviente oración. Un propósito resuelto realizará milagros.
Sed cristianos abiertos, firmes y decididos. Exaltad a Jesús, hablad
con amor, referid su poder, y así permitiréis que vuestra luz brille
sobre el mundo”
Un ejemplo de abnegación
“Me alegré por el privilegio que tuve de asistir al congreso de
Vermont, que se realizó en Montpelier del 30 de agosto al 4 de
septiembre... Mi mente retrocedió treinta años al tiempo en que, en
compañía de mi hermana, visité a Fairhaven, Massachusetts, para
presentar mi mensaje al grupito de ese lugar. El pastor Bates vivía
entonces allí, y expresó su convicción de que era su deber visitar
Vermont, y predicar la verdad en ese Estado. Pero agregó: ‘No tengo
medios, y no sé de dónde vendrá el dinero para viajar allí. Creo
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que andaré por fe, empezando el viaje a pie, y yendo hasta donde el
Señor me dé fuerzas’. Mi hermana me dijo: ‘Yo creo que el Señor
me ayudará a abrirle el camino al pastor Bates para ir a Vermont. La
Hna. F. está buscando una niña para realizar el trabajo de la casa, y
... yo ganaré el dinero necesario’. Realizó su propósito, y, al solicitar
el pago por adelantado, colocó el dinero en manos del pastor Bates.
El salió a la mañana siguiente, y mi hermana quedó para trabajar
The Review and Herald, 13 de noviembre de 1883
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