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Notas biográficas de Elena G. de White
dos materias. La institución se inauguró el 6 de marzo de 1895, y
continuó por 30 semanas.
Para el alojamiento de los veinte jóvenes que iniciaron esta obra,
se alquiló un viejo hotel en Cooranbong, y se levantaron varias
tiendas junto a ese edificio. En abril, el Hno. Metcalfe Hare, que
había sido elegido como tesorero y gerente de la empresa, trasladó a
su familia a Cooranbong, y, deseando estar cerca de la obra, levantó
su tienda cerca del aserradero y el sitio elegido para levantar los
edificios. Durante dos años la tienda, cubierta por un techo de cinc
galvanizado, sirvió como su casa.
Muchos padres anhelosos de enviar a sus hijos al colegio, pen-
saban que debía establecerse cerca de una de las grandes ciudades
donde vivían muchos adventistas. Ellos creían que unas diez o quince
hectáreas de terreno que no estuvieran lejos de Sidney o Melbourne
serían mucho mejores que una gran parcela de tierra inculta cerca de
Newcastle. Otros se oponían a ese lugar porque creían que la tierra
era tan pobre que se obtendría poco de su cultivo. La Sra. White tuvo
una visión muy animadora del valor de la tierra; y cuando la ofrenda
liberal de $5.000 dólares, procedente de los amigos del Africa, hizo
posible el pago de la tierra, ella escribió: “Sentí mi corazón lleno de
gratitud cuando supe que en la providencia de Dios la tierra ya estaba
en nuestra posesión y sentí deseos de gritar expresando alabanzas a
Dios por una situación tan favorable”.
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En julio de 1895, la Sra. White determinó manifestar su inte-
rés en la empresa del colegio y su confianza en la propiedad de
Avondale comprando un lote de tierra, y estableciendo su hogar en
Cooranbong. Ella seleccionó unas 28 hectáreas, y en unas pocas
semanas tenía una porción de su familia viviendo en tiendas en los
terrenos, que ella denominó “Sunnyside” [lado del sol]. Se comenzó
la edificación de una casa de ocho habitaciones; y tan pronto como
se pudo hacer la limpieza, el terreno fue arado y se plantaron árboles
frutales. Acerca de esta experiencia ella escribió:
“Cuando se pusieron los cimientos de la casa, se hicieron los
preparativos para cultivar frutas y verduras. El Señor me ha mostrado
que la pobreza que existe en torno a Cooranbong no debe existir;
porque con laboriosidad el suelo podría cultivarse y hacer que rinda
sus tesoros para el servicio del hombre”.