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Notas biográficas de Elena G. de White
“Vale la pena trabajar por aquellos por quienes Cristo murió.
Nuestra fuerza y nuestros recursos no pueden invertirse de una
manera mejor. Si mediante la ayuda del Espíritu de Dios, podemos
edificar una estructura que dura por los siglos eternos, ¡qué obra
habremos hecho! Cooperando con Dios en esta obra podemos pensar
en las palabras de Cristo, tan llenas de seguridad: ‘Os digo que así
habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por
noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento’. Dios
tiene cuidado de las almas humanas por las cuales él dio a su Hijo
Unigénito, y debemos mirar a todos los hombres con los ojos de la
compasión divina”.
No mucho tiempo después del sueño relativo a la cosecha de
la fruta, llegaron cartas del Africa, y en ellas se decía que la Sra.
A. E. Wessels prestaría a la Hna. White el dinero que ella había
solicitado. Gozosamente estas nuevas fueron comunicadas a la junta
de la escuela, e inmediatamente se aceleraron los trabajos de cortar
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los árboles y aserrar la madera para los edificios.
El 5 de octubre de 1896, a las cinco y treinta de la tarde, unas 35
personas se reunieron en el colegio, y la Sra. White colocó el primer
ladrillo de los cimientos del edificio llamado Bethel Hall, que habría
de ser el dormitorio de las señoritas. Ella entonces relató brevemente
su experiencia en las siguientes palabras:
“A menudo, durante este tiempo de estrecheces financieras, me
he despertado en la noche gravemente afligida por la situación. ¿A
qué fuente podríamos recurrir por ayuda? Oré con fervor para que el
Señor abriera el camino para que pudiéramos construir, y aun cuando
parecía no haber perspectivas de medios seguros, él enviara la ayuda
necesaria. Una noche me quedé dormida, y soñé que estaba llorando
y orando delante del Señor. Una mano me tocó en el hombro, y una
voz dijo: ‘Yo tengo recursos en poder de muchas familias del Africa
que están siendo invertidos en empresas mundanas. Escribe a los
Hnos. Wessels. Diles que el Señor tiene necesidad de dinero. Les
hará bien ayudar a hacer progresar mi obra aquí con los medios que
yo les he confiado. Diles que se hagan tesoros en los cielos, donde
la polilla no corrompe, y donde no hay ladrones que minen y hurten;
porque donde está su tesoro, allí estará también su corazón’”.