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Notas biográficas de Elena G. de White
“Os presento este asunto como algo que me conmueve poderosa-
mente. Una cosa es cierta: no nos veremos libres de cargo a menos
que inmediatamente hagamos algo en Washington para represen-
tar a nuestra obra. No podré descansar hasta que no vea la verdad
avanzando como una lámpara que arde...
“Por la luz que me ha sido dada sé que, en este momento, la
sede de la Review and Herald debe estar cerca de Washington. Si en
nuestros libros y periódicos nuestro sello editorial tiene la dirección
de Washington, D. C., se verá que no tenemos temor de permitir
que nuestra luz brille. Establézcase la obra publicadora cerca de
Washington. De esta manera mostraremos que estamos tratando de
hacer lo que Dios nos ha pedido para proclamar el último mensaje
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de misericordia a un mundo que perece”
Condiciones favorables en Takoma Park, D. C.
Durante la parte final de julio de 1903, se reunieron en Washing-
ton, D. C., hermanos que representaban muchas partes del campo,
y procedieron de inmediato a inspeccionar los alrededores alejados
del distrito de Columbia para encontrar propiedades adecuadas. Ma-
ñana tras mañana, antes de salir, se reunían para orar con fervor en
procura de dirección divina. Y sus oraciones fueron señaladamente
contestadas. En Takoma Park, una de las ciudades más atractivas y
saludables que hay cerca de Washington, se encontró una propiedad
de 50 acres (unas 20 hectáreas), que parecía reunir todos los requisi-
tos. El terreno, que se elevaba a unos 300 metros, distaba solamente
unos 13 kilómetros del edificio del Capitolio y, como estaba en los lí-
mites de Takoma Park, tenía las ventajas de los servicios postales, de
gas, agua, cloacas y calles. Al mismo tiempo estaba suficientemente
aislado por tupidas arboledas para tener las ventajas adicionales de
una propiedad de campo más bien retirada. La propiedad estaba
cubierta por centenares de árboles silvestres, y a un costado de la
misma y sin embargo dentro de sus límites, corría un pintoresco
arroyo alimentado por fuentes vivas.
En años anteriores esta propiedad había sido elegida por un mé-
dico de Boston para establecer un sanatorio, y en ella había gastado,
incluyendo el precio de compra, unos 60.000 dólares. Con un costo
The Review and Herald, 20 de agosto de 1903
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