Oraciones contestadas
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restauración física. Pocas veces he visto ruegos más fervientes para
reclamar el cumplimiento de las promesas de Dios. Se reveló la
salvación del Espíritu Santo, y un poder de lo alto descansó sobre
nuestro hermano enfermo y sobre todos los presentes.
El Hno. Hyde se vistió inmediatamente y salió de la habitación,
alabando a Dios, con la luz del cielo brillando en su semblante.
Sobre la mesa estaba servida una comida habitual en una granja. El
dijo: “Si yo estuviera bien, debería participar de este alimento; y
como yo creo que Dios me ha sanado, voy a poner en ejercicio mi
fe”. Se sentó a comer con el resto de la gente, y comió con apetito
sin ningún daño. Su recuperación fue completa y permanente.
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