Página 105 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Reposo para los cansados, 2 de abril
Porque así dijo el Señor Jehová, el Santo de Israel: En descanso y en
reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.
Isaías 30:15
.
Jesús invita a los inquietos, los murmuradores, los oprimidos y los afligi-
dos, a acudir a él.—
La Historia de la Redención, diciembre 1871, 185
.
Jesús os ama y quiere vuestro amor. El quiere que recordéis que él dió su
vida preciosa, para que vosotros no perecierais; y él será para vosotros una
ayuda constante en todo momento de necesidad. Sólo contemplad a Jesús, y
contadle vuestras perplejidades y dificultades. ... Pedidle ayuda y fortaleza, y
él os bendecirá, y creed que él oye vuestras oraciones. ...
Todo el cielo os contempla con el mayor interés. Un alma por quien Cristo
ha muerto, vale más que todo un mundo. Yo quisiera que cada joven y señorita
pudieran apreciar el valor de un alma humana. Si ellos se entregan a Jesús tal
como son, aunque sean pecadores y estén contaminados, él los aceptará en
el mismo momento en que se entreguen a él, y Jesús pondrá su Espíritu en el
corazón del que lo busca con humildad. A quienquiera que acuda a él, Jesús no
lo hecha fuera. Podéis amar a Jesús de todo corazón, y él nunca os chasqueará
en ese amor y confianza. Sus palabras son vida, consuelo y esperanza. Satanás
sabe que todo lo que tenéis que hacer es mirar a Jesús, el Salvador que ha
sido levantado. El alma herida, magullada y golpeada, encontrará en Jesús un
bálsamo para sus llagas. ...
Habrá paz, constante paz fluyendo al alma, porque el reposo se encuentra
en la perfecta sumisión a Jesucristo. La obediencia a la voluntad de Dios se
encuentra en el descanso. El discípulo que anda en los humildes pasos del
Redentor, encuentra el reposo que el mundo no puede darle, y que el mundo
no puede quitarle. “Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti
persevera; porque en ti se ha confiado”.
Isaías 26:3
. La paz constante que fluye
al alma, se manifiesta en una fuente viva, que refresca a otras almas.—
Carta
6, 1893, pp. 7, 8
.
La humildad y la mansedumbre de mente, que siempre caracterizaron al
divino Hijo de Dios, poseídas por sus verdaderos seguidores, proporcionan
contentamiento, paz y felicidad, que los elevan por encima de la esclavitud de
la vida artificial.—
La Historia de la Redención, diciembre de 1871, 185
.
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