Página 129 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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El lugar de las obras buenas, 26 de abril
Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó para que anduviéramos en ellas.
Efesios 2:10
.
Que nadie tenga el concepto limitado y estrecho de que alguna de las
obras del hombre puede ayudarle en lo más mínimo a liquidar la deuda de
su transgresión. Este es un engaño fatal. Si queréis comprenderlo, debéis
con humildes corazones examinar la expiación. Este asunto es tan poco com-
prendido, que miles y miles de personas que pretenden ser hijos de Dios son
hijos del diablo, debido a que dependen de sus propias obras. Dios siempre
pide buenas obras, la ley las exige, pero debido a que el hombre se colocó
en pecado donde sus buenas obras no valen nada, puede servir únicamente la
justicia de Jesús.—
Manuscrito 50, 1900, pp. 4
.
Pero, ¿es que las buenas obras no tienen un valor real? El pecador que
cada día peca con impunidad, ¿es considerado por Dios con el mismo favor
que aquel que, mediante la fe en Cristo, procura obrar en su integridad? Las
Escrituras responden: “Somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas”. En
su disposición divina, mediante su favor inmerecido, el Señor ha ordenado
que las buenas obras sean recompensadas. Somos aceptados únicamente a
través del mérito de Cristo; y los actos de misericordia, las obras de caridad
que realizamos, son el fruto de la fe, y se convierten en una bendición para
nosotros, porque los hombres deben ser recompensados según sus obras. Es
la fragancia del mérito de Cristo la que hace que nuestras buenas obras sean
aceptas ante Dios y es la gracia la que nos capacita para hacer la obra que él
recompensará. Nuestras obras carecen de todo mérito por sí mismas. ... No
merecemos gracias de parte de Dios. Hemos hecho únicamente lo que era
nuestro deber hacer, y nuestras obras no podrían haber sido realizadas con
las fuerzas de nuestras propias naturalezas pecaminosas.—
The Review and
Herald, 29 de enero de 1895, pp. 65
.
Cristo puede salvar hasta lo sumo. ... Todo lo que el hombre puede hacer
en favor de su salvación es aceptar la invitación: “El que quiere, tome del agua
de la vida de balde”.
Apocalipsis 22:17
. El hombre no puede cometer ningún
pecado por el cual no se haya hecho el pago en el Calvario.—
Manuscrito 50,
1900, pp. 4
.
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